Una fuga de agua puede traerte distintos problemas en tu casa y dolores de cabeza, desde daños estructurales hasta un aumento grande en la factura que pagas por el servicio. Asimismo, aumenta el riesgo de problemas de moho, algo que puede generar inconvenientes en la salud respiratoria.
Identificar y reparar una fuga a tiempo te va a ayudar a evitarte todos estos problemas engorrosos. En esta guía abordaremos la mejor manera de cómo arreglarla, con sugerencias de
para completar el trabajo ( y sin que te salga un ojo de la cara).

¿Cómo es la fuga?
Para solucionar un problema, el primer paso siempre es identificarlo. Los caños en que aparecen las fugas suelen tener diferentes ubicaciones y, según la época en que fueron instalados, puede variar el material. Si vivis en una casa antigua lo más probable es que las instalaciones sean de plomo y en este caso será conveniente que llames a un plomero, ya que posiblemente necesites soldaduras.
Las fugas más visibles son las que aparecen en las tuberías que no están tapadas por la pared o el piso. Estas pueden ubicarse debajo del lavabo o, incluso, en el exterior de una pared. También puede ser fácilmente identificables las fugas que están en instalaciones específicas como en los canillas, inodoros o duchas. En todos estos casos las roturas son problemas que suelen aparecer.
Muchas veces las fugas también se ubican detrás de las paredes o debajo del suelo. En ambas situaciones, aparece una complicación extra: para saber dónde está exactamente la rotura y repararla, hay que romper el revestimiento.
Los tres tipos de fugas
Fugas en las conexiones: es común que las fugas puedan darse en las conexiones, o sea, donde un caño se une con otro por medio de niples, codos u otros elementos.
Fugas por fisuras: otras fugas pueden estar directamente relacionadas a fisuras en las tuberías debido al deterioro del tiempo (corrosión) o a la presión del agua misma.
Fugas en los accesorios: finalmente, también pueden presentarse fugas vinculadas a los accesorios como canillas y válvulas, en conexiones externas.
¿Qué necesito?
Para arreglar una fuga es necesario contar con un equipo de herramientas y elementos básicos. Seguramente tenés algunas de estas, pero otras son específicas para este tipo de arreglos.
Llaves ajustables y de tubo
Las llaves de tubo sirven para aflojar y ajustar piezas. Con ellas podrás quitar tornillos, tuercas, tubos y cañerías.
Destornilladores
Los
te van a ser muy útiles para quitar artefactos vinculados al agua como canillas e inodoros. Si tenés la posibilidad, te conviene adquirir un juego multifunción que tenga distintas medidas y formas de destornilladores.
Todo para sellar
En los trabajos de plomería son muy importantes los elementos que pueden frenar las fugas. O sea, los que sellan las filtraciones. Entre estos están las pistolas selladoras (las ergonómicas tienen mayor precisión) con las que se aplica pegamento, las cintas de plomería para sellar, la masilla para tapar grietas y el pegamento para tuberías de PVC.
Otras herramientas
Otras herramientas que te pueden servir para frenar una fuga son los
de plomería, para cortar tuberías si es necesario; y los desmontadores de tuberías, necesarios a la hora de separar secciones.

¿Qué hacer ante una fuga?
Ante una fuga de agua hay diferentes formas de actuar, según sea el caso.
Primero, frenar el problema
Lo primero que tenés que hacer es localizar la válvula de cierre principal de corriente de la vivienda o de la zona específica (por ejemplo, el baño) y cerrarla. Estas válvulas suelen estar incrustadas en la pared y son parecidas a las perillas de las canillas. Este paso es simple: se gira la válvula en sentido del horario del reloj hasta que se detiene el flujo y luego se comprueba que no esté corriendo, abriendo una canilla.
Segundo, preparar la zona
El segundo paso es drenar y secar la zona afectada. Para esto, hay que abrir la canilla correspondiente al área para descongestionar el caño y luego usar un trapo o toallas para secar. Este paso variará de acuerdo a la complejidad de la rotura. Si el caño está al aire libre será más simple. Si hay que romper una pared o el suelo, va a ser un trabajo mayor.
Tercero, análisis de daños
Un tercer paso tiene que ver con inspeccionar la zona para determinar el daño exacto que está ocasionando la fuga. Esto suele ser una rotura o una conexión floja. La examinación de la zona puede ser de manera visual o a través de una prueba de presión para tuberías ocultas (para esto se puede usar una bomba de presión hidráulica).
Cuarto, manos a la obra
Una vez que encuentres el daño, es momento de repararlo. Si se trata de roturas menores, posiblemente será suficiente aplicar cinta para fugas o masilla. En el caso de las conexiones flojas se requiere un ajuste, usando en las roscas cinta de teflón. En tanto, cuando la fuga es en un accesorio, podés aplicar sellador en la rosca o en la superficie de contacto y volver a instalarlo. Otra posibilidad es que tengas que cambiar una pieza. En algunos casos este trabajo es simple y podés hacerlo vos mismo, pero en otros será oportuno que llames a un especialista.
Como todo trabajo, reparar cañerías requiere tiempo. Cuando se aplica pegamento, hay que esperar antes de ver si el arreglo resultó o no. Para verificar el resultado de la reparación debés volver a abrir la corriente de agua (esta vez giramos la válvula en sentido antihorario) y revisar la zona reparada abriendo y cerrando las canillas.
Quinto, orden y limpieza
Finalmente, es hora de limpiar el área en donde trabajaste y emprolijar. Si se trata de un caño que estaba tapado, seguramente vas a tener que volver a revestirlo o cubrirlo con un panel. Luego, se puede realizar otra inspección para verificar que todo marcha bien.

Evitar los daños para ahorrar
Hasta acá te mostramos las formas en que se arregla una cañería rota una vez que el problema ya empezó a dar señales, pero lo mejor, siempre va a ser no llegar a esta situación engorrosa. Por eso, ahora van unos tips adicionales para prevenir, que siempre es mejor que curar.
Para mantener una cañería sana es indispensable que realices inspecciones regulares con el fin de detectar signos de desgaste (por ejemplo, un tubo corroído) o daños incipientes. Para esto, considerá adquirir un boroscopio de cañerías, una herramienta que cuenta con una cámara serpiente para poder ver el estado interno de las tuberías.
Ahora, no se trata sólo de inspeccionar. Si en la revisión encontraste alguna pieza con signos evidentes de deterioro (por más que aún no haya una fuga), lo más conveniente es que la reemplaces por una nueva y de buena calidad.
Conclusión
Arreglar una fuga es una tarea que puede variar en su complejidad según el origen de la misma. En algunos casos el problema puede ser más difícil de detectar y reparar. Sin embargo, si tenés las herramientas indicadas, sos metódico y te das maña, podes hacerlo. En tanto, recordá hacer inspecciones de mantenimiento para agarrar las posibles fisuras lo antes posible y así prevenir daños mayores.