Guía de compra de amoladoras: todo lo que necesitás saber para conseguir tu amoladora ideal

Si necesitás una nueva

amoladora

y no estás seguro de cómo elegir entre tantas opciones, tenemos que decirte que llegaste al artículo correcto. Vamos a desarrollar algunas características y tips que tenés que tener en cuenta al momento de tomar la decisión.Si necesitás una nueva amoladora y no estás seguro de cómo elegir entre tantas opciones, tenemos que decirte que llegaste al artículo correcto

Y si llegaste acá porque estás pensando en arrancar un proyecto de bricolaje y buscás qué es lo que necesitás, tenemos que decirte que también estás en el lugar correcto. Una amoladora es una herramienta eléctrica que se usa para cortar, desbastar, pulir y lijar diversos materiales. Están equipadas con discos intercambiables y son una herramienta que te va a ser esencial.

Tener una buena amoladora es importante por varios motivos: durabilidad, eficiencia, pero sobre todo, seguridad. Además, informarte y elegir un buen modelo puede mejorar la calidad del trabajo, reducir el tiempo de operación y minimizar el riesgo de accidentes. Y si todavía no logramos convencerte en que la calidad es importante en este tipo de compras, te detallamos un poco más los beneficios de tener una buena amoladora:

Una amoladora de buena calidad está fabricada con materiales robustos y de alta resistencia que permiten un uso bien intensivo. Pensá que no estás haciendo trabajos suaves, esto te va a evitar gastar dinero de más, al tener que reemplazarla. 

Cuanto mejor sea la amoladora, el trabajo también va a ser más preciso. Los cortes y terminaciones van a ser más prolijos y limpios, facilitando después el trabajo de lijado y finalización. Además, suelen tener motores más potentes que permiten el uso en materiales más duros.

Tal como te lo mencionamos, más calidad equivale a más seguridad. Una buena herramienta va a contar con elementos de seguridad como frenos eléctricos, cubiertas protectoras y sistemas antivibratorios que disminuyen el riesgo de accidentes. 

Por lo general, los diseños de mejor calidad también son más ergonómicos, mejorando el agarre y la maniobrabilidad de la herramienta. Esto disminuye la fatiga que se puede generar tras largas jornadas de trabajo. 

Si por algún motivo decidís que ya no la necesitás o querés cambiar de modelo, un modelo de mayor nivel siempre significa que va a tener más reventa. Esto quiere decir que podés recuperar la inversión o acercarte más al modelo que quieras conseguir sin necesidad de poner tanta plata encima. 

Modelos, marcas, materiales, la lista de opciones es muy grande. Por eso, para darte una mano, te vamos a dejar algunas opciones que consideramos que son bastante tentadoras a la hora de tomar una decisión. 

Las

amoladoras

angulares son las más comunes y versátiles. Tienen un diseño compacto con un disco montado en un ángulo recto con respecto al mango/motor. En general se usan para cortar y desbastar metales, piedra y cerámica. También son útiles para lijar y pulir superficies, remover el óxido y afilar superficies.

Las amoladoras de banco son

herramientas

fijas o estacionarias ubicadas sobre un banco o mesa o de trabajo. Tienen dos discos, uno a cada lado del motor que giran de forma simultánea. Se usan para afilar herramientas, desbastar metales y realizar trabajos de precisión y estabilidad ya que lo que se mueve es la pieza y no la herramienta. Suele encontrarse en talleres y fábricas. 

Las amoladoras rectas tienen un diseño alargado y el disco está alineado con el eje del motor. En general son herramientas más pequeñas y manejables que las dos anteriores. Son perfectas para trabajos de detalle, como el desbaste en áreas difíciles de alcanzar y el pulido de superficies pequeñas.

Las mini amoladoras son versiones más pequeñas y ligeras de las amoladoras angulares, diseñadas para trabajos detallados y de menor escala. Se usan para trabajos de mayor precisión, piezas pequeñas y lugares de acceso más pequeño o estrecho. Es un modelo ideal si se necesita una herramienta liviana y maniobrable. 

Una vez que ya sepas el tipo de modelo que vas a elegir, hay una serie de cosas extras que no podés pasar por alto:

La potencia de una amoladora determina su capacidad para realizar trabajos pesados. Las amoladoras con mayor potencia pueden cortar y desbastar materiales más duros con mayor facilidad.

Vas a encontrar dos tipos, las de velocidad fija y las de velocidad variable. Las amoladoras con velocidad variable permiten ajustar la velocidad del disco según el material y la tarea, ofreciendo mayor control y precisión. Las amoladoras de velocidad fija, por otro lado, son más simples y generalmente más duraderas.

El tamaño y peso de la amoladora afectan directamente su maniobrabilidad. Las herramientas más ligeras son más fáciles de manejar y causan menos fatiga en trabajos prolongados. Además, es crucial elegir una amoladora con un diseño ergonómico que ofrezca comodidad y control, especialmente si la vas a usar durante largos periodos.

Podés encontrar tres tipos de fuentes de alimentación: las

, inalámbricas o a batería y las neumáticas. 

Son las más comunes y están disponibles en una amplia gama de potencias. Requieren una fuente de alimentación constante.

Ofrecen mayor movilidad y son ideales para trabajos en exteriores o en lugares sin acceso a electricidad. Sin embargo, su potencia y duración están limitadas por la capacidad de la batería.

Funcionan con aire comprimido y son extremadamente potentes y ligeras. Son comunes en talleres profesionales y aplicaciones industriales.

En resumen, elegir la amoladora adecuada es fundamental para realizar trabajos de manera eficiente y segura. Considerá factores como el tipo de amoladora, su potencia, tamaño, fuente de alimentación y compatibilidad con accesorios. Con la

adecuada y un uso responsable, vas a poder aprovechar al máximo las capacidades de tu amoladora en una variedad de aplicaciones.