El uso del maquillaje es una de las actividades más comunes para personas en todo el mundo y sirve para que podamos cumplir con una amplia variedad de objetivos tanto sociales como laborales. ¿Fiestas con amigos? ¿Eventos formales? ¡Una base sencilla de maquillaje a veces es todo lo que se necesita! 

Maquillarse es un ejercicio que aprendemos y perfeccionamos a través de pruebas y errores que requiere una preparación de la piel previa para obtener resultados óptimos. En este artículo nos basaremos en los conceptos elementales del maquillaje, como técnicas simples y artículos infaltables en nuestras carteras.   

El maquillaje está compuesto por una serie de técnicas que cumplen diferentes funciones en la vida, y que van mucho más allá de simplemente resaltar la belleza del rostro. Este puede considerarse también como un tipo de arte que ha comprobado tener efectos muy positivos en el autoestima general y la psicología de las personas, así como para ofrecerles una forma de poder expresarse frente al mundo.

Algunos pueden no contar con los conocimientos necesarios o la variedad de productos y técnicas disponibles para el maquillado. En este sentido, esta guía de maquillaje ofrece una serie de consejos para embellecer nuestro rostro con seguridad siguiendo los pasos más sencillos para una rutina diaria.

Antes de aplicar

es esencial tener el rostro limpio y libre de grasas. Esto se debe a dos razones, la primera de ellas es que la piel limpia hace ver la base y el resto del maquillaje mucho más bello ya que evita que queden encerradas las impurezas y las grasas debajo de los productos. 

En segunda instancia, la piel previamente tratada ayuda a evitar la aparición de acné y comedones. Esto se debe a que un lavado profundo de cara permite eliminar la acumulación de grasa y el aceite producido por las glándulas sebáceas en los poros.    

Una limpieza facial efectiva es muy sencilla y depende de productos básicos pero esenciales, entre los que destacan el

agua micelar

o el gel de limpieza. Los pasos para limpiar y desengrasar el rostro con agua micelar son los siguientes:

Una piel bien hidratada es necesaria para mantenerla saludable debido a que el maquillaje tiene un efecto de secado muy fuerte sobre ella. Por esto, nuestro rostro debe estar preparado para contrarrestar este efecto. Así, es necesario hidratar antes la piel con serums o cremas de tipo hidratantes o humectantes a fin de tenerla lista y segura para aplicar bases de maquillaje.

Las cremas hidratantes garantizan una hidratación más profunda de la piel, la cual le proporciona una base principal para aplicar el maquillaje sobre ella. Una piel bien hidratada es imperativa para una adhesión duradera y prolija de los productos, evitando así parches secos y garantizando un aspecto más natural.

Una vez que nuestra piel se encuentra limpia y libre de suciedad, residuos grasosos y demás, es cuando podemos dar los primeros pasos para aplicar un maquillaje inmaculado con los que destacar en nuestra vida social, laboral y académica.

Un kit de maquillaje puede ser sencillo o complejo de acuerdo a las preferencias que tengamos. Estos tienen una utilidad universal al momento de darles uso tanto por la mañana, para prepararnos para la jornada diaria o por la noche. 

En esta guía haremos hincapié en las herramientas más comunes que toda persona debe tener a su disposición para aplicar su maquillaje tanto en sus hogares como en situaciones de “emergencia”:

Las cosmetiqueras son productos esenciales ya que sirven como parte de un outfit elegante así como para cargar con nuestros accesorios de maquillaje en cualquier lugar.

En lo que respecta a los pinceles para maquillar el rostro con diferentes bases y productos, estas son herramientas básicas a la hora de aplicar el maquillaje de manera uniforme y precisa. En este sentido, existe una variedad de

brochas

muy extensa pero que se pueden resumir en los siguientes tipos más comunes.

Las esponjas sirven como correctores muy efectivos a la hora de aplicar maquillaje y corrección de color alrededor de los ojos, al tratarse de esponjas de tipo “micro” o “mini”. 

Una vez que la base y los colores están presentes en nuestro rostro, lo único que queda es hacer pequeños arreglos en las cejas. Para esta tarea en específico existen las pinzas, las cuales se encargan tanto de despejar el contorno de los ojos en lo que respecta a los vellos que, de tanto en tanto, se disparan de forma poco uniforme, y requieren un control constante.  

Los rizadores de pestañas son componentes infaltables en cualquier cosmetiquera, dado que el arreglo de las pestañas puede ser necesario de manera imprevista. Las pestañas son para algunas personas uno de sus atractivos más importantes y por ello buscan darles un mantenimiento adecuado y prolijo; aún así, ¡existen reglas específicas a la hora de dar uso a estos rizadores!

La

base de maquillaje

se basa en productos que garantizan un aspecto de la piel facial óptimo y que es capaz de eliminar todas sus imperfecciones una vez aplicada. 

En este sentido, la base tiene una función imperativa para promover un tono y color de piel de aspecto natural en general. Estas bases se pueden encontrar en varias versiones como líquidas, de crema e incluso de polvo.

Los correctores tienen un propósito muy parecido a la base de maquillajes aunque se utiliza mucho más a la hora de tapar ojeras, cicatrices, manchas de edad y otras imperfecciones marcadas en la piel. Esta clase de herramienta de maquillaje suele aplicarse sobre la base instalada con anterioridad a fin de que esta perdure en el tiempo. 

Los polvos son componentes comunes entre las herramientas de maquillaje, principalmente por su labor de sellar la base en el rostro y para controlar su brillo en el día de uso. Estos polvos se dividen en 2 clases, los polvos sueltos y los compactos: los primeros son mucho más fáciles de limpiar debido a su naturaleza ligera y natural y los segundos por su acabado fresco, de brillo natural y poco grasoso.

El orden esencial para aplicar nuestros productos de maquillaje puede variar de acuerdo a los gustos personales de cada uno. Entre los que veremos a continuación, dejamos fuera a los rubores y el bronzer ya que preferimos dejar estos productos de lado para otra ocasión.

El primer, conocido también como prebase, puede ser de diversos colores y cada persona puede elegir su preferido. A la prebase debemos aplicarla con suavidad por el contorno superior de los ojos y sobre el párpado utilizando un pequeño pincel y algunas ayudas con los dedos para darle uniformidad. 

Con un cepillo pequeño necesitamos peinar los bellos de nuestras cejas hacia un lado para dejarlas bien prolijas. Utilizando una brocha fina o lápiz de cejas como ayuda, repasamos una pomada elegida con cuidado sobre la forma de la ceja a fin de darle la forma y definición preferida. Para evitar una concentración pronunciada del producto, se recomienda volver a peinar las cejas hacia arriba con gentileza.  

Antes de usar las sombras debemos aplicar una prebase para estas, las cuales se aplican de manera semejante a la que revisamos al principio y que se puede colocar con una esponja pequeña para darle un aspecto homogéneo. El sombreado en sí lo podemos elegir entre opciones más potentes o más sencillas.

El sombreado se aplica de igual manera a la prebase y, en muchos casos, es posible que un poco de polvo caiga. En estos casos debemos tomar una toallita húmeda y repasar el contorno inferior de los ojos para eliminar el residuo sin correr el maquillaje.

Para los principiantes, a la hora del delineado de los ojos es mejor utilizar un tipo de sombra en polvo, en vez de líquidos o geles que requieren de más experiencia. Además del delineador necesitamos como apoyo un espejo cualquiera para trazar su dirección con mayor precisión. 

Un maquillaje correcto y sano depende de la preparación y limpieza facial, así como del uso de una serie de productos y herramientas esenciales para un cuidado de la piel responsable a la hora de presentarnos ante la sociedad.