¿Por qué Robots es la joya olvidada de Blue Sky Studios?
Con humor, diseño original y un mensaje social, Robots sigue siendo una de las pelis más valiosas, y a la vez menos valoradas, del estudio.
Con humor, diseño original y un mensaje social, Robots sigue siendo una de las pelis más valiosas, y a la vez menos valoradas, del estudio.
Portada Robots
Cuando se habla de las películas de Blue Sky Studios, casi siempre se piensa en La Era de Hielo (2002). Pero en 2005, el estudio lanzó una joya que mezclaba animación innovadora con un mensaje social potente:
Robots. Una peli que muchos vieron, pero pocos recuerdan con el valor que merece.
En este artículo vamos a repasar qué la hizo única, por qué no tuvo el reconocimiento esperado y cuáles son sus aciertos más invisibles, además de otras joyas del también a menudo olvidado Blue Sky Studios.
Robots se sitúa en un mundo habitado exclusivamente por máquinas. Ahí conocemos a Rodney Hojalata, un joven inventor idealista que viaja a la gran ciudad buscando mostrar sus creaciones. Pero en lugar de encontrar oportunidades, descubre un sistema que favorece a unos pocos y descarta al resto.
Desde el primer minuto, la película propone una estética única: una ciudad industrial colorida, personajes hechos de piezas recicladas, y un universo sin humanos donde todo funciona con lógica mecánica. Nada se parece al mundo real, pero todo se siente cercano.
Herb, Rodney y Lydia
Lo más interesante es que Robots no apunta solo a los chicos. Usa el humor, la acción y los personajes entrañables para hablar de temas como la ambición, la desigualdad y el valor del trabajo colectivo. Eso la hizo distinta desde el arranque, pero también —quizás— más difícil de clasificar.
Aunque fue pensada como una aventura animada, Robots toca temas que hoy están más presentes que nunca: la exclusión de quienes no encajan, la lógica del descarte, y la resistencia frente a los sistemas que concentran poder.
En la historia, Bigweld —el inventor que inspiró a Rodney— desaparece misteriosamente, y en su lugar toma el control una empresa que deja de lado las reparaciones para vender solo piezas nuevas. Quien no pueda actualizarse, queda afuera. Literalmente.
Madame Gasket
Ese conflicto refleja una crítica directa al consumo excesivo y a la desigualdad de acceso. Los robots pobres quedan marginados, y solo a través de la unión, la creatividad y la colaboración logran enfrentar al sistema. Un mensaje que sigue teniendo fuerza en plena era del descarte.
Rodney no quiere fama ni poder. Lo que lo mueve es ayudar a otros con sus inventos, arreglar lo que está roto y demostrar que todo el mundo merece una segunda oportunidad. Esa visión contrasta con la lógica de “actualizarse o quedar afuera” que domina la ciudad.
La película destaca el esfuerzo colectivo, el ingenio frente a la falta de recursos y la importancia de crear soluciones con lo que se tiene a mano. Los personajes no triunfan por tener las piezas más modernas, sino por trabajar en equipo y confiar en sus ideas.
Rodney y Manivela
Ese mensaje, que puede pasar desapercibido entre chistes y persecuciones, resuena con cualquiera que alguna vez haya sentido que no encajaba en un sistema armado para pocos.
Visualmente, Robots fue una apuesta fuerte. Cada personaje está hecho con piezas únicas, los escenarios combinan estructuras retro con tecnología imaginaria, y todo tiene un aire industrial mezclado con color y vida. Es una ciudad que vibra en cada rincón.
Ciudad Remache
A diferencia de otras películas animadas del momento, Robots se animó a construir un universo estéticamente arriesgado, que no se parece a nada anterior ni posterior. No busca imitar la realidad, sino crear una nueva desde cero, y eso le da una identidad propia.
Con el tiempo, pocas películas se atrevieron a ir por ese camino. La mayoría optó por lo seguro: humanos, animales o mundos ya conocidos. Por eso, Robots se destaca incluso hoy, aunque muchos ya no la recuerden con claridad.
La robot Piper
Cuando se estrenó en 2005, Robots tuvo una buena campaña, un reparto de voces espectacular, incluyendo Ewan McGregor como Rodney Hojalata, Robin Williams como Manivela y Halle Berry como Cappy, además del respaldo del estudio que venía de hacer La Era de Hielo. Sin embargo, no logró destacarse entre el resto de los estrenos animados del momento.
Rodney y Manivela
Uno de los factores fue el contexto: ese año compitió con grandes títulos como:
Madagascar (DreamWorks): una comedia con animales parlantes que fue un éxito de taquilla.
Chicken Little (Disney): la primera película de animación por computadora del estudio.
Wallace y Gromit: la batalla de los vegetales (Aardman): ganadora del Oscar a Mejor Película Animada.
El cadáver de la novia (Tim Burton): una historia gótica con una estética única.
El increíble castillo vagabundo (Studio Ghibli): una obra maestra del anime dirigida por Hayao Miyazaki.
Además, el público esperaba una historia más simple, más familiar, y tal vez Robots fue demasiado ambiciosa para su propio marketing.
Otro punto es que no generó franquicia. A diferencia de otras pelis animadas que se expandieron con secuelas, juguetes y spin-offs, Robots quedó sola. Sin una saga que la mantuviera vigente, se fue desdibujando con el paso del tiempo, aunque su propuesta seguía siendo sólida.
En números, Robots no fue un fracaso. Con un presupuesto estimado de 75 millones de dólares, logró recaudar más de 260 millones en todo el mundo. Financieramente, fue rentable. Pero no fue suficiente para posicionarla como un gran hito del cine animado.
Ratchet y Gran Soldador
La crítica fue mixta: muchos destacaron la animación y el diseño visual, pero otros cuestionaron el ritmo de la historia o lo complejo del mensaje para el público infantil. No generó el entusiasmo necesario para instalarse como una película inolvidable.
Tampoco ayudó que quedara opacada por el crecimiento de sagas como Madagascar, Shrek o Los Increíbles, que venían de años anteriores, pero seguían dominando la conversación. Sin secuelas ni merchandising fuerte, Robots quedó flotando en un limbo: gustó, pero no dejó huella inmediata.
Rodney y Cappy
Cuando se habla de Blue Sky, casi siempre se piensa en La Era de Hielo y sus múltiples secuelas. Pero el estudio, que cerró en 2021 tras la fusión de Disney con Fox, tuvo otras películas originales que también aportaron creatividad, estilo y mensajes únicos, aunque no todas hayan tenido el mismo reconocimiento. Algunas de las películas con más destaque son:
Horton y el mundo de los Quién (2008): Basada en un cuento del Dr. Seuss, sigue a un elefante que escucha una voz proveniente de una mota de polvo… y decide protegerla. Una historia sobre empatía, convicción y la importancia de las voces pequeñas.
Río (2011): Ambientada en Brasil, cuenta la historia de Blu, un guacamayo domesticado que debe reconectarse con su lado salvaje. Colorida, musical y con mucho ritmo, fue una de las más populares del estudio.
Epic: El reino secreto (2013): Una aventura visualmente impresionante sobre un mundo diminuto oculto en el bosque. Aunque no tuvo gran impacto, fue una de las producciones más ambiciosas de Blue Sky a nivel técnico.
Ferdinand (2017): Basada en el clásico infantil, esta película sigue a un toro pacifista que no quiere pelear en corridas. Una fábula sobre identidad, fuerza interior y respeto a las diferencias.
Espías a escondidas (2019): Protagonizada por un superespía (voz de Will Smith) que accidentalmente se convierte en paloma. Una comedia de acción que sorprendió con su calidad, aunque pasó algo desapercibida.
Si querés ver a cualquier de estas películas, basta tener una suscripción en Meli+ Total. Robots, a su vez, forma parte de este grupo de películas que quedaron en un lugar intermedio: no fueron fracasos, pero tampoco se volvieron íconos. Y con el cierre del estudio, su redescubrimiento parece más urgente que nunca.
Robots es una de esas pelis que mejoran con el tiempo. Vista desde hoy, su mensaje social resuena más fuerte, su estética sigue siendo única y su historia, lejos de parecer anticuada, conecta con temas que están más presentes que nunca.
Si no la viste en su momento o no la recordás bien, hay varios motivos para darle una nueva oportunidad:
Tiene un elenco de voces impresionante: Robin Williams como Manivela es un show en sí mismo, y Ewan McGregor, Halle Berry y Mel Brooks completan un reparto de lujo.
El diseño visual es distinto a todo: un universo metálico lleno de detalles, personajes armados con piezas recicladas y escenarios que parecen salidos de una fábrica futurista.
Jack Hammer
Su mensaje sigue vigente: habla de creatividad, inclusión, desigualdad y resistencia al sistema con una mirada que hoy se siente más actual que en 2005.
Es divertida de verdad: más allá del mensaje, tiene ritmo, humor absurdo, buenos personajes secundarios y escenas memorables.
Es una experiencia visual que no se repitió: no hay otra peli animada que se parezca a Robots, ni antes ni después.
Es una joya olvidada que, con el tiempo, se ganó un lugar especial entre las películas subestimadas de la animación.
No todas las grandes películas llegan a ser éxitos. Algunas, como Robots, necesitan tiempo para ser valoradas. Fue distinta desde el inicio, se arriesgó con su estética, se animó a decir algo más profundo y quedó opacada por otras que siguieron caminos más seguros.
Pero hoy, con distancia, podemos verla por lo que es: una historia potente, divertida y visualmente única, que dejó un mensaje claro en una época donde no todas las animaciones se atrevían a hacerlo.
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