Catastrophic Care: Why Everything We Think We Know About Health Care Is Wrong, De Goldhill, David. Editorial Vintage, Tapa Blanda En Inglés

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Libro: Catastrophic Care: Why Everything We Think We Know about Health Care Is Wrong

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Extracto. © Reimpreso con autorización. Todo reservado.

Introducción

Cómo American Health Care mató a mi padre

Becky tiene veintiséis años y ha trabajado en el departamento de marketing de mi empresa durante tres años. Es su primer trabajo fuera de la escuela, y le ha ido muy bien. Es ambiciosa y serena, y su futuro es prometedor.

Becky se describe a sí misma como un poco hipocondríaca, por lo que ve a dos médicos de atención primaria al año. Pero en general goza de buena salud y no tiene necesidades importantes de atención médica. Con el plan de seguro que puede ver a cualquier médico que quiera, pero el deducible anual se duplica, de 250 a 500, cuando sale de la red. La mayoría de los tratamientos que usa cuentan como atención preventiva, que ahora no tiene costos compartidos. Entonces, con su parte de las primas de seguro de la compañía y sus gastos de bolsillo, la atención médica le costará a Becky alrededor de 2,500 al año. Eso puede ser un poco más de lo que le gustaría, pero considerando todo, no es terrible que alguien que recién comienza, en realidad contribuya con más de 10,000 al sistema de atención médica de Estados Unidos este año, la mayoría a través de pagos de los que ella no está al tanto. Esa atención médica consumirá poco menos de una cuarta parte de la compensación real de Becky, no el 7 por ciento que ella cree. Proporcionaré un desglose detallado de estos costos adicionales, los llamo deliberadamente disfrazados, en el capítulo 2. Por ahora, lo que necesita comprender con urgencia es que, a partir del primer día de su carrera laboral, el costo de la salud será la principal limitación para que el nivel de vida de Becky —y mucho menos supere— al de sus padres.

Y solo empeorará para Becky cuando se asiente y forme una familia. Porque, como les mostraré, incluso si de alguna manera eliminamos el crecimiento explosivo en los costos de atención médica (literalmente, reducimos el crecimiento a cero), nuestro sistema actual ya garantiza que Becky pagará más de 1.2 millones durante su vida. Si Becky espera que la nueva Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio reduzca de alguna manera su costo, entonces no sabe que las propias proyecciones de la administración muestran que los costos de salud per cápita aumentarán un 5 por ciento por año durante los próximos diez años (lo que que su contribución de por vida al sistema será 1.8 millones, aun suponiendo que después de esos diez años los costos de salud no crezcan en absoluto). Todo esto asumiendo que ella nunca tiene una enfermedad importante, en cuyo caso casi seguro que pagará mucho más.

Nada de esto está en la pantalla de radar de Becky hoy. Aunque probablemente esté gastando más este año en atención médica que en cualquier otra cosa (excepto tal vez el alquiler de un apartamento), y aunque se describe a sí misma como una verdadera compradora de gangas, Becky no tiene conciencia de lo que realmente le está costando la atención médica. Ella piensa en sus beneficios de atención médica, no en sus costos de atención médica.

Becky espera tener éxito, tal vez algún día ganar varios cientos de miles al año. Eso la pondría en el 1 por ciento superior de los que ganan en Estados Unidos. Cuando le pregunto cuánto necesitaría a lo largo de su vida para pagar la atención médica, menciona la posibilidad de lidiar con el cáncer u otros problemas importantes y dice “millones”. No hay “ninguna manera” de que ella pueda pagar su atención por su cuenta. Pero luego le pregunto cómo una sociedad puede pagar la atención médica para alguien si incluso las personas en el 1 por ciento superior no tienen los recursos para cubrir su atención. ¿De dónde saldría el dinero? Está un poco avergonzada: “Lo siento, eso no tiene ningún sentido. Realmente no he pensado en esto”. Le aseguro que no hay razón para avergonzarse: casi nadie parece haber pensado tanto.

Empecé a pensar en el cuidado de la salud debido a una tragedia personal: hace casi cinco años, mi padre murió a causa de una infección hospitalaria que adquirió en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Nueva York. Papá acababa de cumplir y tenía una variedad de las dolencias comunes a los hombres de su edad. Pero todavía estaba trabajando el día que entró al hospital con neumonía.