Cuáles son los puntos más importantes a tener cuenta para redactar correctamente un contrato para la venta de una propiedad.
El contrato de compraventa de inmueble es el documento legal mediante el cual un vendedor transfiere su inmueble a un comprador a cambio de una determinada cantidad de dinero. Esta transacción puede ser realizada tanto por personas físicas como por personas jurídicas (por ejemplo, una empresa, constructora, desarrolladora, etc.).
El primer punto de cualquier contrato de compraventa de inmueble es determinar, precisamente, quiénes son las “personas” que firmarán el documento.
El vendedor (o los vendedores, ya que una propiedad puede ser de varias personas a la vez) debe cumplir con todas las condiciones legales para poder hacer efectiva la venta. Esto quiere decir que debe ser el real dueño del bien y que el mismo no tiene inhibiciones, ni restricciones ni ningún tipo de problema legal que pudiera afectar su venta. Además, debe estar al día en cuanto a los impuestos, tasas y contribuciones; y el bien debe estar libre de ocupantes y sin ningún tercero que se oponga a dicha operación.
Del otro lado está el comprador, que también puede ser una o más personas. El comprador debe tener en claro –y conocer de antemano- cuál es el inmueble que se está comprando y las condiciones en las que se encuentra el mismo.
Luego de dejar en claro quiénes son las partes intervinientes en el contrato de compraventa de inmueble, el segundo de los ítems que forman parte de él es el precio. En términos generales, los contratos dicen lo siguiente: “El precio total, convenido entre las partes, se fija en la suma de… que serán abonados de la siguiente manera…”. En este punto vale aclarar que, en Argentina, algunas operaciones se realizan en pesos y muchas de ellas –la gran mayoría- en dólares.
En el país, además, suelen haber tres instancias de pago. La primera de ellas es la seña, que suele ser de entre u$s 1.000 a u$s 5.000. Luego, ambas partes firman el boleto de compraventa, donde en general se paga entre un 20% y un 30% del valor total de la propiedad.
En este boleto queda siempre escrito que en caso de presentarse algún inconveniente legal entre las partes, el dinero será devuelto al interesado. La tercera de las instancias es en el momento en que se firma, finalmente, la escritura.