The Hunt For Khun Sa: Drug Lord Of The Golden Triangle, De Felber, Ron. Editorial Trine Day, Tapa Blanda En Inglés

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Libro: The Hunt for Khun Sa: Drug Lord of the Golden Triangle

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Extracto. © Reimpreso con autorización. Todos los derechos reservados.

La caza de Khun Sa
El narcotraficante del Triángulo Dorado
Por Ron Felber Trine Day © 2011 Ron Felber
Todos los derechos reservados.
ISBN: Contenido
Glosario de términos, xii,
Prólogo, 1,
1. Señor del Triángulo Dorado, 5,
2. Grupo 41, 11,
3. La conexión con la mafia, 17,
4. Monstruo, 29,
5. Heroína, 41,
6. Barrio chino, 57,
7. El niño cubano, 67,
8. Cadenas, pistolas y machetes, 77,
9. Viviendo a lo grande, 87,
10. El residuo de las aventuras de otros pueblos, 97,
11. Sr. Lin, 111,
12. Un 121 itinerante,
13. Informante SWH-, 133,
14. Cargas del mando, 143,
15. Operación Trampa, 159,
16. Apocalipsis ahora, 169,
17. Fubria, 179,
18. Muerte de un narcotraficante, 187,
Epílogo, 191,
Documentos, 197,
Fuentes, 211,
Índice, 221,

CAPÍTULO 1
Señor del Triángulo Dorado
El sudeste de Asia
Khun Sa es un monstruo... el peor que tiene el mundo.

Viraj Jutimitta hojeó un plan operativo de cinco centímetros de grosor. Desarrollado a mediados de la década de 1990, había sido apodado Trap, basado en la afición de Khun Sas por los penes secos, proclamados por él como un afrodisíaco. Viraj podía oír a Don Ferrarone, el agregado de país calvo y con anteojos de la DEA, informando al director Thomas Constantine en el ala de las embajadas estadounidenses sobre los detalles de la misión más ambiciosa de la agencia.
Era una estrategia destinada a acabar con Khun Sa, también conocido como Chang Shee-fu, y su Ejército Mong Tai, la fuente de casi el 60 por ciento del suministro mundial de heroína, desmantelando sus mecanismos de contrabando, sus redes primarias de distribución y redistribución, y congelando sus activos financieros.
El general de división Viraj de la Policía Real de Tailandia había sido obstinado en su determinación, trabajando durante casi veinte años con agentes estadounidenses de varias agencias en todo el mundo para llegar a esta etapa de la evolución de Traps. Pero no había sido fácil. Después de todo, ¿cómo atrapar a un were? Eran perspicaces, y rara vez se alejaban de la seguridad de los entornos familiares. Aún así, había una manera que él y los otros miembros del equipo de operaciones creían haber encontrado: estudiar tanto como el estudia a su presa.
¿Cuáles eran sus puntos fuertes? ¿Cuáles eran sus vulnerabilidades? Analiza la información e interpreta lo que te dice sobre cómo proceder. ¿Era territorial? ¿Cazaba solo? Eliminando cada ápice de emoción, pesimismo u optimismo, traduzca lo que ha aprendido en un plan de acción para atrapar o matar a los ¿Qué recursos fueron necesarios? ¿Qué marco de tiempo sería más efectivo? ¿Era necesaria o deseable la fuerza letal?
Bueno, ahora lo tenían. Fue una estrategia que unió a la DEA, Thaila policía, el FBI, la CIA y el Comando Conjunto de Operaciones Especiales de EE. UU. para coordinar un plan de ataque que prometía neutralizar al narcotraficante de sesenta y nueve años de una manera que nunca antes se había intentado.
Observación, análisis y plan de ataque: de eso se trataba Trap. Organizada en tres fases distintas y para ser ejecutada en las principales ciudades, pueblos secundarios y rutas de suministro montañosas en todo el sudeste asiático, la Operación Trampa colocó trampas con trampas que estaban a punto de ser tiradas en dieciséis de los agentes más valiosos de Khun Sa, que habían sido atraídos desde la cubierta protectora del estado de Birmania Shan a Hong Kong o a Bangkok, Chiang Mai o Chiang Rai en Tailandia.
Pero menos de una hora antes, habían descubierto que incluso sus esfuerzos más calculados se habían visto frustrados por una fuga. Informados a través de una intercepción de radio de que Khun Sa estaba al tanto de la operación, los despachadores de radio del Ejército de EE. UU. habían estado interfiriendo, durante las últimas horas, sin parar, las transmisiones del cuartel general del Ejército de Mong Tai desde Homong, Birmania. Viraj rezó para que pudieran bloquear las comunicaciones que advertirían a sus objetivos.
Sus ojos, una vez comparados con los del campeón de boxeo Roberto Durán, cruzaron la sala de conferencias de la DEA ahora transformada en un centro de comando táctico. Mapas aéreos se alineaban en las paredes. Los equipos electrónicos abarrotaban la mesa principal.