This Team Is Ruining My Life (but I Love Them): How I Became A Professional Hockey Fan, De Glynn, Steve Dangle. Editorial Ecw Press, Tapa Blanda En Inglés

Descripción

Libro: This Team Is Ruining My Life (But I Love Them): How I Became a Professional Hockey Fan

Descripción:
Extracto. © Reimpreso con autorización. Reservados todos los derechos.

Este equipo está arruinando mi vida (pero los amo)

Cómo me convertí en un aficionado al hockey profesional
Por Steve Dangle Glynn ECW © 2019 Steve Glynn
Reservados todos los derechos.
ISBN: Contenido
Prólogo de Jeff Marek,
mi primera cicatriz,
El salto a América del Norte,
cabeza de disco,
primero y único,
historias del zoológico,
ser educado,
Primer año,
relleno de asiento,
juego de rebotes,
Bienvenido a Me Out to the Ball Game,
Flamenco,
té y truculencia,
Júnior,
los menores,
Vamos a hacerte una estrella,
Trae a tu abogado,
EB y flujos,
Silbido,
sofá robado,
el dia dorado,
Hasta el zumbador final,
temporada de novatos,
llave de cabeza,
dougie effing hamilton,
Taxista,
depresión de verano,
tu cabeza en tu propio barco,
Mi día como senador,
Hora del cuento con Smitty,
Tienes que saber el juego,
el bloqueo,
Sra. Cuelga,
pantalones de sidney crosby,
Hielo casero,
fiesta de togas,
¿Dónde te ves en cinco años?,
Usa tu cabeza,
Solo pregunta,
Ruidos fuertes,
Jakin,
país de traje de infiltración,
mi primer juego,
Descanso,
Agradecimientos,
Sobre el autor

mi primera cicatriz

¿Tienes cicatrices de hockey? Solo tengo uno, aunque no recuerdo haberlo comprado.
Tenía unos tres años y jugaba al hockey con los niños en el camino de entrada. Según lo recuerda mi mamá, corrí adentro llorando y sangrando por el rabillo del ojo izquierdo. El juego debe haberse vuelto loco, o tal vez fue solo porque yo era un niño hiperactivo con una boca de motor que aún no había desarrollado habilidades de equilibrio adecuadas: me había topado con la esquina de ladrillos de nuestro garaje.
Mi mamá me reparó, las lágrimas pronto cesaron y comencé a correr hacia afuera.
¿Adónde vas? preguntó mi mamá.
Le grité, ¡tengo que terminar el juego!
Es lo que Don Cherry llamaría un momento de Good Ol Canadian Boy, pero lamentablemente, no tengo uno que se relacione con el hielo real.
¿Por qué?
Nunca jugué el juego.
Aunque fantaseaba con marcar el gol de la victoria en la Copa Stanley (y todavía lo hago), en realidad nunca me molestó que no jugara al hockey real porque en el fondo sabía que no estaba destinado a ser un atleta estrella. Quería algo diferente.
En Anchorman, hay una escena en la que Ron Burgundy aparece en la televisión en un bar y un motociclista grita: ¡Hola a todos! ¡Cállate! Ron Borgoña en! Esa es exactamente la forma en que Don Cherry y Ron MacLean fueron tratados en mi casa durante mi infancia. Recuerdo haber visto Coachs Corner cuando era niño; ya fuera con mis padres, tías, tíos y otros miembros de la familia, la reacción era la misma.
Ron y Don estarían en la televisión durante el primer intermedio y se gritarían y gritarían el uno al otro. No hay forma de que entienda que diablos estaban hablando de lo que estaba prestando atención, incluso a la edad de cuatro o cinco años, era cómo reaccionaban los adultos.
De una diatriba a otra, mi familia pasaba de reírse de Ron y Don a reírse con ellos. Eso fue fascinante para mí. Todos los sábados, Ron y Don tenían la atención de millones de personas en todo el país. Más importante aún, desde mi pequeña perspectiva, tenían la atención de todos los adultos en mi casa. Como niño, todo lo que quieres es que los adultos te presten atención y te tomen en serio. Entonces, para mí, eso fue tan increíble como cualquier gol de Doug Gilmour, cualquier golpe de Wendel Clark o cualquier parada de guante llamativa de Felix Potvin.
Avance rápido aproximadamente un cuarto de hasta la primavera de 2017, y estoy sentado en un restaurante en Whitby, Ontario, con tres Miro hacia arriba y Ron y Don están hablando de Jarome en Coachs Corner. Al menos eso es de lo que asumí que estaban hablando porque el sonido estaba apagado.
Unos minutos más tarde, miré mi teléfono. Recibí mensajes de texto de 17 personas diferentes, llamadas perdidas y un montón de notificaciones.
Ni siquiera estoy bromeando cuando que lo primero que pensé fue que alguien había muerto.
¡Dios mío, llámame ahora! mi esposa me envió un mensaje. ¡Alrededor de una docena de mensajes de otros eran alguna variación de HOLY SHIT!
Ron MacLean había dicho mi nombre en Coachs Corner en vivo en Hockey en Canadá.