Guía de compra de acolchados: Materiales y tamaños

Elegir el

acolchado

adecuado puede marcar una gran diferencia en la calidad de tu sueño y en la decoración de tu dormitorio. Un buen acolchado no solo proporciona calidez y comodidad, sino que también puede mejorar la estética de tu cama y tu cuarto. El objetivo de esta guía es ayudarte a tomar una decisión informada al comprar un acolchado, explorando los diferentes materiales y tamaños disponibles en el mercado.

La elección del material de un acolchado es fundamental, ya que influye en el nivel de confort, transpirabilidad y durabilidad del producto. Acá te presentamos los materiales más comunes junto con sus características, ventajas y desventajas.

El algodón es uno de los materiales más populares debido a su suavidad y transpirabilidad. Este material natural es ideal para personas con piel sensible o aquellos que buscan un acolchado ligero para climas cálidos. Una tendencia en

acolchados

de este material son los de Tusor de la marca Pret A Home.

Entre sus principales ventajas, el algodón es hipoalergénico, fresco y fácil de lavar, lo que lo convierte en una opción práctica para quienes buscan un mantenimiento sencillo. Sin embargo, uno de los aspectos a tener en cuenta es que el algodón tiende a arrugarse fácilmente y no proporciona tanto calor como otros materiales, lo que puede ser una desventaja en climas fríos o durante el invierno

Otro material común es la microfibra, un compuesto sintético cuyas fibras imitan el tacto de materiales naturales como el algodón o la seda. La microfibra es conocida por ser liviana, resistente a las arrugas y fácil de lavar, lo que la convierte en una opción ideal para quienes  buscan un acolchado de bajo mantenimiento. A su vez, su precio suele ser más accesible en comparación con los materiales naturales. 

La desventaja principal de la microfibra es su limitada transpirabilidad, lo que puede resultar incómodo en climas cálidos o para personas que tienden a sudar durante la noche. El modelo Oxford Platinium de

Jean Cartier

es uno de los más elegidos por los usuarios.

La lana es otro material natural que destaca por su capacidad para regular la temperatura corporal, manteniendo el calor en invierno y proporcionando frescura en verano. La lana es una excelente opción para personas que buscan un acolchado versátil para todo el año. Además, es hipoalergénica y repele naturalmente los ácaros, lo que la hace adecuada para personas con alergias. 

Sin embargo, los acolchados de lana son más pesados en comparación con otros materiales y requieren cuidados especiales, como lavado a mano o en seco, lo que puede ser una desventaja para algunos consumidores. Su precio también suele ser más elevado.

Los acolchados de plumas y plumón son considerados un lujo en el mundo de la ropa de

cama

. Estos materiales naturales, provenientes de aves, se caracterizan por su ligereza y excelente capacidad para atrapar el calor corporal. 

Como resultado, los acolchados de plumón son extremadamente cálidos y confortables, ideales para climas fríos. No obstante, esta opción tiende a ser costosa y requiere un mantenimiento especial, como limpieza en seco. Además, no es adecuada para personas alérgicas a las plumas.  El Plumón

Duvet

de la marca Haussman suele ser de los más costosos pero tiene la calidad asegurada. 

El poliéster es un material sintético ampliamente utilizado en la fabricación de acolchados. Su principal ventaja es su durabilidad y bajo costo, lo que lo convierte en una opción económica para muchos consumidores. En el mercado se encuentra la línea Look de la marca Palette que se destaca en confecciones de este tipo de materiales. 

Los edredones Nórdicos Soft Premium de  Pierre Cardin son una excelente opción para aquellos que buscan calidad a buen precio.

Los acolchados de poliéster son resistentes a las arrugas y no se deforman fácilmente, por lo que conservan su forma a lo largo del tiempo. Sin embargo, al igual que la microfibra, el poliéster no es muy transpirable, lo que puede generar incomodidad en climas cálidos o húmedos. Además, con el tiempo, el poliéster tiende a perder suavidad.

Elegir el tamaño adecuado del acolchado es clave para garantizar una cobertura completa de la

y asegurar la comodidad durante el descanso. Cada tipo de cama tiene medidas específicas que deben ser consideradas al momento de comprar un acolchado.

Para una cama individual o twin, los acolchados suelen tener medidas que varían entre 150 cm y 170 cm de ancho, con una longitud que oscila entre los 220 cm y 240 cm. Este tamaño es perfecto para

camas

que miden aproximadamente 90 cm de ancho. Si bien puede parecer suficiente con un acolchado más pequeño, es recomendable optar por uno más amplio para garantizar una cobertura adecuada, especialmente si la persona tiende a moverse mucho durante la noche.

En el caso de una cama matrimonial o full, las medidas estándar de un acolchado suelen estar entre 200 cm y 220 cm de ancho, con una longitud de entre 240 cm y 260 cm. Este tipo de acolchado se ajusta a camas que miden 135 cm de ancho, proporcionando una cobertura equilibrada y suficiente para dos personas. Un acolchado de este tamaño es ideal para parejas que buscan comodidad sin necesidad de un modelo de cama más grande.

Para una cama queen, las medidas del acolchado suelen ser más generosas, oscilando entre 240 cm y 260 cm de ancho, y entre 260 cm y 280 cm de largo. Este tamaño es perfecto para camas de 150 cm de ancho, proporcionando un espacio adicional que garantiza la comodidad, incluso cuando se comparte la cama. Elegir un

acolchado queen

es ideal para quienes disfrutan de un amplio espacio para moverse durante la noche.

En cuanto a las camas king, las dimensiones de los acolchados pueden variar entre 260 cm y 280 cm de ancho, con una longitud que oscila entre los 280 cm y 300 cm. Este tipo de acolchado está diseñado para camas de 180 cm de ancho, asegurando una cobertura total para una pareja. 

Elegir un acolchado de estas dimensiones es esencial para quienes buscan un descanso sin interrupciones, ya que proporciona suficiente espacio incluso para personas que se mueven mucho mientras duermen.

Al momento de comprar un acolchado, es importante tener en cuenta diversos factores que influyen en su funcionalidad y durabilidad. El clima es uno de los aspectos más importantes.

Si vivís en una zona fría o necesitás un acolchado para el invierno, lo ideal es optar por materiales cálidos como el plumón o la lana, que retienen el calor corporal. En cambio, para climas cálidos o estaciones como la primavera y el verano, es recomendable elegir acolchados más ligeros de materiales como el algodón o la microfibra, que permiten una mejor transpiración.

Si tenés tendencia a sufrir alergias, es esencial que elijas acolchados hipoalergénicos. Los materiales naturales como el algodón o la lana son generalmente más seguros para personas con piel sensible o problemas respiratorios, mientras que los acolchados de plumas deben evitarse en estos casos, ya que pueden desencadenar reacciones alérgicas.

 Algunos prefieren la sensación de un acolchado pesado que aporta una sensación de confort y seguridad, mientras que otros optan por versiones más ligeras. El peso del acolchado no siempre está relacionado con su capacidad de mantener el calor, por lo que no debés confundir una opción más liviana con una menos cálida.

Si sos de sudar durante la noche, busca un acolchado que permite una buena circulación de aire, como uno de lana o algodón. Estos materiales naturales son conocidos por ser transpirables y mantener la temperatura corporal estable.

La facilidad de limpieza es otro factor relevante. Los acolchados de poliéster y microfibra son los más fáciles de mantener, ya que se pueden lavar a máquina sin mayores complicaciones. Por otro lado, los acolchados de plumas, plumón o lana requieren un cuidado más delicado, como lavado en seco o tratamientos especiales, lo que puede representar un desafío para quienes buscan un mantenimiento sencillo

Las fundas para acolchados son una excelente opción para proteger y embellecer la ropa de cama. No solo prolongan la vida útil del acolchado, sino que también permiten una fácil renovación del estilo del dormitorio sin necesidad de un cambio completo. A continuación, se destacan tres telas populares para fundas de acolchados:

Este tejido de algodón con un acabado arrugado es muy valorado por su suavidad y ligereza. El

tusor

tiene una textura agradable al tacto, lo que lo convierte en una opción cómoda para el descanso. Además, es transpirable y resistente, ideal para climas cálidos. Su apariencia informal aporta un toque relajado y acogedor a cualquier habitación.

Esta tela sintética se destaca por su durabilidad y facilidad de mantenimiento. La microfibra es suave, hipoalergénica y resistente a las manchas, lo que la convierte en una opción práctica para familias con niños o mascotas. Además, se seca rápidamente y es menos propensa a arrugarse, lo que la hace ideal para quienes buscan funcionalidad sin sacrificar el estilo.

Conocido por su elegancia y frescura, el lino es una fibra natural que aporta un aspecto sofisticado a la ropa de cama. Su textura es más áspera que la del algodón, pero se suaviza con cada lavado, ofreciendo una experiencia de confort única. El lino es altamente transpirable, lo que lo convierte en una excelente opción para climas cálidos y es ideal para quienes buscan un toque natural y relajante en su decoración.

Un buen acolchado no solo mejora la calidad del sueño, sino que también influye en tu salud, tu comodidad y la apariencia de tu hogar. Tomarte el tiempo para evaluar factores como el material, el tamaño, la facilidad de mantenimiento y el estilo garantizará que tu inversión sea acertada, brindándote un descanso placentero y un dormitorio más funcional y atractivo.

Esperamos que esta guía te haya proporcionado la información necesaria para tomar una decisión informada al comprar un acolchado. Recordá considerar tus necesidades y preferencias personales para encontrar la opción que mejor se adapte a vos. ¡Feliz compra!