Guía de martillos: tipos y usos

Los martillos son una herramienta muy importante en cualquier caja de

herramientas

, ya sea para el bricolaje en casa o para profesionales de la construcción. Su versatilidad y eficacia los convierten en una pieza clave para una amplia variedad de tareas. 

Es por esto que es fundamental conocer todas sus características y posibilidades de uso; y qué tener en cuenta a la hora de elegir uno, ya que te ayudará a tomar una decisión más acertada para el uso que le querés dar, cuando te compres el tuyo.

En esta guía de compras vas a encontrar una comprensión detallada de los diferentes tipos de martillos, sus usos específicos, materiales de construcción, cómo elegir el

martillo

adecuado, y consejos de mantenimiento y seguridad. De esta manera, podrás tomar decisiones informadas y mejorar tu eficiencia y seguridad en el trabajo.

Existen distintos tipos de martillos según el uso que le darás, por lo que es importante elegir el adecuado: esto te facilitará la tarea y te permitirá hacerla de manera eficiente. 

Gracias a su tamaño, te resultará cómodo y tendrá el agarre específico para aquello que estés haciendo, y lo que también se traducirá en un agarre más seguro; además de que no lastimará el material que estás martillando.

Conocé los diversos tipos de martillos que existen en el mercado: 

El martillo de carpintero, también conocido como martillo de garra, tiene una cabeza con una cara plana para golpear clavos y una garra curva en el otro extremo para extraer clavos.

Esta herramienta es ideal para trabajos de carpintería, montaje de muebles y tareas generales de construcción.

Un ejemplo de este tipo de martillos es el desarrollado por la marca Total, que cuenta con un Mango Carbono 220g; o el martillo de carpintero Pena, de la marca Bulit, serie 600 de 18 mm, con mango de fibra de vidrio.

Este martillo tiene una cara plana y una cara redondeada (de ahí viene su nombre “bola”). Es comúnmente utilizado en trabajos de metalurgia, puesto que es perfecto para dar forma al metal, remachar y hacer trabajos de mecánica en general.

Actualmente, se pueden encontrar los desarrollados por la marca Tramontina, que son de 300 gr, con la cabeza de acero y el mango de madera; o bien el de Crossmaster, de 340 gr.

El martillo de mazo tiene una cabeza grande y pesada, generalmente hecha de madera o goma. Se usa para golpear cinceles, ajustar piezas de madera y en trabajos donde se necesita una fuerza considerable sin dañar la superficie.

Un ejemplo es el mazo de goma 13oz. (369g) desarrollado por Stanley, modelo 57-516la o el martillo (mazo) de piedra 1000g con mango de madera, de la marca Ingco.

Este martillo tiene una cabeza de goma suave y es ideal para trabajos delicados. Se suele emplear en la instalación de baldosas, ensamblaje de muebles y trabajos de tapicería.

El martillo cabeza doble Pvc - Goma desarrollado por la marca  Bremen 40 mm con mango de fibra es un ejemplo; mientras que la marca Wadfow también tiene su versión del martillo de goma de 220 gr.

Esta herramienta es similar al martillo de carpintero, pero con una uña más pronunciada para extraer clavos. Es ideal para trabajos de demolición ligera y extracción de clavos difíciles.

La marca Ingco desarrolló el modelo Hchd 0166 Ma de 450 gr; y si no está martillo tubular de acero pulido de la marca Truper de 567g modelo Mtr-16.

Este martillo tiene una cara plana y una cara en forma de cuña. Se utiliza en trabajos de minería y geología para romper y cincelar rocas.

Este tipo de herramienta más específica es más difícil de encontrar: una opción es la desarrollada por la marca Estwing, modelo E3-22p; o bien el kit de equipo de geología de la marca A Peerless Shovel el modelo A-877Y.

Conocer de qué están confeccionados los martillos es esencial por distintos aspectos: por un lado, para saber en qué tipo de trabajo se puede utilizar, ya que si bien existen los específicos, como mencionamos en el apartado anterior, lo concreto es que hay modelos que son muy similares, pero tienen usos muy distintos.

Por otra parte, es fundamental conocer de qué están confeccionados el mango y la cabeza del martillo porque los mismos influyen en la funcionalidad, durabilidad, comodidad, y seguridad de la herramienta. 

Los materiales más comunes con los que suelen estar confeccionados la parte superior de los martillos es acero o hierro debido a su durabilidad y capacidad para soportar impactos repetidos.

La dureza y el peso de la cabeza son cruciales para la efectividad del martillo. Un buen martillo debe tener una cabeza bien equilibrada y resistente a la deformación.

Los mangos, por su parte, pueden ser de madera, fibra de vidrio o acero. Cada material tiene sus propias ventajas: por ejemplo, la madera absorbe bien los golpes, pero puede astillarse con el tiempo; la fibra de vidrio ofrece una excelente absorción de impactos y es resistente a la intemperie; y el acero es muy duradero, pero puede transmitir más vibración a la mano.

El primer paso para elegir el martillo adecuado es considerar el tipo de trabajo que vas a realizar. Por ejemplo, un martillo de carpintero es ideal para trabajos de construcción y carpintería, mientras que un martillo de bola es más adecuado para trabajos de metalurgia.

El peso y el balance del martillo son cruciales para su eficacia y comodidad. Un martillo demasiado pesado puede causar cansancio rápidamente, mientras que uno demasiado liviano puede no proporcionar suficiente fuerza. 

Finalmente, buscá un martillo con un mango ergonómico que se ajuste bien a tu mano. Los mangos recubiertos de goma pueden proporcionar un mejor agarre y reducir la fatiga. Recordá que la comodidad es clave para prevenir lesiones a largo plazo.

Para tener tu herramienta siempre lista para usarla, es importante el cuidado, mantenimiento y cómo la guardas luego de utilizarla. En este apartado encontrarás algunas sugerencias de mantenimiento y  protección para que puedas tenerlo siempre en condiciones.

Para una correcta limpieza y almacenamiento es importante que, después de cada uso, limpies tu martillo para eliminar cualquier residuo de suciedad o polvo, y lo guardes en un lugar seco para evitar la corrosión. 

Por otra parte, es fundamental que revises regularmente el estado de tu martillo. Si notás que el mango está suelto o la cabeza está dañada, considerá repararlo o reemplazarlo. Un martillo en mal estado puede ser peligroso para vos y los que te rodean cada vez que lo usas.

Finalmente, si querés prolongar la vida útil del martillo es importante que evites usarlo para tareas para las que no está diseñado. También, es fundamental que no golpees superficies extremadamente duras con un martillo que no esté diseñado para ello, y que lo guardes en un lugar seco y protegido de la humedad.

En el uso de herramientas, es primordial tener los elementos de seguridad necesarios para evitar accidentes y resguardar la integridad física, tanto tuya como de tu entorno.

En ese sentido, es esencial que cuentes con un equipo de protección personal, que tenga los anteojos de seguridad para proteger tus ojos de fragmentos voladores. En algunos casos, también puede ser necesario usar guantes y protección auditiva.

Por otra parte, es significativo que te asegures la técnica de uso de la herramienta:  tener un buen agarre en el mango, golpear con la cara plana de la cabeza del martillo, y mantener el área de trabajo limpia y libre de obstáculos. Es importante que trabajes en la prevención de accidentes comunes: no uses un martillo con la cabeza suelta, o que tenga el mango dañado. Y siempre mantené la atención en la tarea que estás realizando.

En esta guía hemos cubierto los diferentes tipos de martillos, sus usos específicos, los materiales de construcción, cómo elegir el martillo adecuado, y consejos de mantenimiento y seguridad.

Elegir el martillo adecuado para cada tarea no solo mejorará tu eficiencia, sino que también aumentará tu seguridad y comodidad en el trabajo. No subestimes la importancia de una herramienta bien elegida y bien mantenida.

Con este artículo, estás listo para seleccionar y utilizar el martillo perfecto para cualquier tarea que enfrentes. ¡Manos a la obra!