Guía de compra de monitores 165 Hz: características y beneficios

En el mercado actual, los

monitores

con una tasa de refresco de 165 Hz se han convertido en una opción predilecta tanto para gamers como para profesionales que buscan una experiencia visual fluida y precisa. Este tipo de monitor ofrece una combinación perfecta de velocidad, calidad de imagen y tecnologías avanzadas.

En esta guía exploraremos qué significa contar con un

monitor

de estas características, cuáles son sus principales beneficios, qué factores considerar al elegir uno y cuáles son los modelos más destacados disponibles en el mercado.

La tasa de refresco, medida en hercios (Hz), es un indicador clave de la cantidad de veces que un monitor actualiza su imagen por segundo. Un monitor de 165 Hz actualiza la imagen 165 veces cada segundo, lo que brinda una experiencia de visualización mucho más fluida y natural que un monitor estándar de 60 Hz o incluso que uno de 144 Hz.

Esta capacidad es especialmente relevante en escenarios con movimiento rápido, como videojuegos o videos de alta velocidad. Cuantos más cuadros por segundo se muestren en pantalla, más precisa será la representación del movimiento, lo que ayuda a reducir efectos no deseados como el desenfoque por movimiento (motion blur) y el desgarro de pantalla (screen tearing).

En términos prácticos, esto no solo mejora la calidad visual, sino que también puede ser una ventaja estratégica en juegos competitivos, donde cada milisegundo cuenta.

El principal beneficio de un monitor de 165 Hz es la fluidez visual. Al mostrar imágenes con mayor frecuencia, los movimientos en pantalla son más suaves y detallados, mejorando la experiencia en tareas como gaming, edición de video y visualización de contenido multimedia. Para los gamers, esta fluidez ofrece una ventaja competitiva significativa, ya que permite realizar acciones rápidas con mayor precisión.

Además, el monitor de 165 Hz contribuye a una menor fatiga visual al reducir el parpadeo y mejorar la estabilidad de la imagen. Esto lo convierte en una opción ideal para quienes pasan largas horas frente a la pantalla, ya sea jugando, trabajando o viendo contenido de alta calidad. Incluso en entornos profesionales, como la edición de video o la animación 3D, este tipo de monitor garantiza que los detalles más finos sean visibles en cada cuadro.

Además de la tasa de refresco, otros aspectos técnicos son esenciales al evaluar un monitor de 165 Hz.

La resolución de la pantalla determina la claridad y nitidez de las imágenes. Para usos generales o juegos competitivos, los monitores Full HD (1920x1080) son una opción asequible y eficiente. Sin embargo, si buscás mayor calidad visual, los monitores QHD (2560x1440) ofrecen un equilibrio entre resolución y rendimiento, mientras que los monitores 4K (3840x2160) garantizan el máximo nivel de detalle, aunque requieren una tarjeta gráfica más potente para aprovechar plenamente los 165 Hz.

El tamaño de la pantalla también impacta la experiencia. Para configuraciones de escritorio estándar, los tamaños de 24 a 27 pulgadas son ideales, mientras que los modelos de 32 pulgadas o más brindan una experiencia más inmersiva, especialmente si se combinan con resoluciones altas como QHD o 4K.

La tecnología de panel influye en el rendimiento general del monitor. Los paneles IPS son conocidos por sus colores precisos y amplios ángulos de visión, ideales para tareas creativas. Los paneles TN, aunque más económicos y rápidos, suelen tener colores menos vibrantes, siendo ideales para jugadores competitivos. Los paneles VA, por su parte, destacan por su alto contraste y negros profundos, ofreciendo un equilibrio para usuarios versátiles.

Una de las tecnologías más importantes en los monitores de 165 Hz es la sincronización adaptativa, que asegura que la tasa de refresco del monitor coincida con los cuadros generados por la tarjeta gráfica, eliminando problemas como screen tearing y stuttering. Las principales tecnologías en este ámbito son AMD FreeSync y NVIDIA G-Sync.

FreeSync es ampliamente compatible con una variedad de tarjetas gráficas y se encuentra en monitores de precio más accesible, mientras que G-Sync, diseñado específicamente para hardware NVIDIA, ofrece un rendimiento optimizado, aunque generalmente con un costo más elevado. Si tu sistema utiliza tarjetas NVIDIA, optar por G-Sync puede maximizar tu experiencia; si usás AMD, FreeSync es la mejor opción.

Un aspecto frecuentemente pasado por alto es la conectividad. Los monitores de 165 Hz suelen incluir múltiples puertos como HDMI, DisplayPort y USB-C, lo que permite conectar fácilmente consolas, laptops y otros dispositivos. Tener una conectividad versátil no solo mejora la comodidad, sino que también hace que el monitor sea más adaptable a distintos usos.

El diseño ergonómico también es clave para una experiencia cómoda. Modelos que ofrecen ajustes de altura, inclinación y rotación permiten mantener una postura saludable y reducen la tensión en el cuello y la espalda durante largas sesiones. Los diseños curvos están ganando popularidad, ya que ofrecen una experiencia más inmersiva, especialmente en pantallas grandes.

La eficiencia energética es un factor a considerar, especialmente para aquellos conscientes del consumo eléctrico. Algunos monitores de 165 Hz cuentan con certificaciones de eficiencia energética, lo que puede traducirse en ahorros a largo plazo.

El mercado de los monitores de 165 Hz ofrece opciones para diferentes necesidades y presupuestos.

Entre los modelos más destacados se encuentra el LG 32 UltraGear (32GN600-B), con una pantalla de 32 pulgadas, resolución QHD y panel VA, ideal para quienes buscan negros profundos y un contraste superior. Compatible con FreeSync Premium, garantiza fluidez en juegos y contenido multimedia.

El Samsung Odyssey G3 LCD destaca por su diseño curvo 1000R de 24 pulgadas, que mejora la inmersión visual. Equipado con resolución Full HD y tecnología FreeSync, elimina problemas de tearing y stuttering. Además, cuenta con ajustes ergonómicos completos, siendo una opción versátil para largas sesiones de juego.

Por su parte, el Gigabyte G27QC, de 27 pulgadas y curvatura 1500R, combina resolución QHD con un panel VA, ofreciendo colores vibrantes y alta compatibilidad con FreeSync Premium y G-Sync. Este modelo incluye altavoces integrados y múltiples puertos de conexión, siendo ideal para jugadores que buscan rendimiento y conectividad.

El ViewSonic VX2418C es una opción compacta y accesible con 24 pulgadas, resolución Full HD y tecnología FreeSync. Su panel VA curvo ofrece un buen equilibrio entre calidad visual e inmersión, siendo una opción ideal para jugadores que priorizan la fluidez sin requerir pantallas grandes.

Finalmente, el Vyse LED Gamer es un modelo básico de 27 pulgadas con panel TN, perfecto para jugadores competitivos que valoran tiempos de respuesta rápidos. A pesar de ser más económico, cumple con los estándares esenciales de los monitores de 165 Hz.

Elegir un monitor de 165 Hz es una decisión estratégica para quienes buscan una experiencia visual de alto nivel, ya sea en el ámbito del gaming competitivo o en tareas que demandan precisión y calidad de imagen. Su capacidad para ofrecer fluidez, reducir el desenfoque y sincronizarse con tarjetas gráficas modernas garantiza un rendimiento óptimo y una ventaja frente a monitores de menor tasa de refresco.

Considerar aspectos como la resolución, el tamaño, la tecnología de panel, y opciones de conectividad te permitirá encontrar el modelo que mejor se adapte a tus necesidades específicas. Con una oferta diversa de modelos en el mercado, desde opciones asequibles hasta monitores de alta gama, invertir en uno de estos dispositivos es asegurar una mejora tangible en tu experiencia visual diaria.

Un monitor de 165 Hz no solo es una herramienta para disfrutar de imágenes más fluidas y detalladas, sino que representa un salto hacia un rendimiento superior y una mayor comodidad en el uso prolongado. Al hacer tu elección, recuerda que cada detalle importa y puede marcar la diferencia en cómo percibes el contenido en pantalla.