Impacto Profundo: ¿podría pasar lo que muestra la película?
Analizamos qué tan realista es Impacto Profundo y si un cometa podría realmente impactar contra la Tierra. Ciencia, ficción y posibilidad.
Analizamos qué tan realista es Impacto Profundo y si un cometa podría realmente impactar contra la Tierra. Ciencia, ficción y posibilidad.
Portada Impacto Profundo
Cuando
Impacto Profundose estrenó en 1998, más de uno salió del cine mirando el cielo con miedo. La idea de que un cometa pueda destruir la Tierra parecía ciencia ficción, pero también dejaba una duda incómoda: ¿y si pasa de verdad?
En este artículo vamos a repasar qué tan realista es la película, qué dice hoy la ciencia sobre este tipo de amenazas, y qué podría pasar si un cometa chocara con nuestro planeta. Spoiler: no estamos tan en bolas como pensás.
En 1998, el cine nos regaló una buena dosis de paranoia espacial con Impacto Profundo, una película dirigida por Mimi Leder y protagonizada por Morgan Freeman, Téa Leoni y Elijah Wood. La trama gira en torno a un cometa gigante que amenaza con destruir la Tierra, mientras gobiernos y científicos intentan evitar lo inevitable.
El presidente se encuentra con la periodista
Morgan Freeman interpreta al presidente de Estados Unidos, encargado de comunicarle al mundo la gravedad de la situación. Téa Leoni es una periodista que descubre la verdad antes que nadie, y termina siendo una figura clave en cómo se maneja la información. Elijah Wood, por su parte, es un adolescente que detecta el cometa y luego lucha por sobrevivir junto a su familia.
La película se centra en la carrera contra el tiempo para lanzar una misión espacial que pueda desviar el cometa, mientras la humanidad se prepara para lo peor. Con un tono más reflexivo que explosivo, Impacto Profundo mezcla ciencia, emoción y dilemas éticos en una historia que, más de 20 años después, sigue generando preguntas.
A diferencia de muchas películas del género, Impacto Profundo se basó en consultas reales con astrónomos y científicos para dar forma a su historia. Si bien hay elementos dramatizados, muchos aspectos del guion tienen una base científica sólida.
Morgan Freeman como el presidente
Por ejemplo, la detección del cometa por parte de un joven aficionado no es imposible. De hecho, varios cuerpos celestes han sido descubiertos por astrónomos amateurs. La idea de lanzar una misión para desviar el objeto también tiene fundamento: es una estrategia que agencias como la NASA y ESA vienen estudiando hace años.
El plan de excavar en el núcleo del cometa y colocar explosivos para desintegrarlo es más discutible, pero se basa en teorías que se vienen evaluando desde los 90. Lo que sí es más cuestionado es el tiempo que la humanidad tiene para prepararse: en la vida real, un cometa de ese tamaño podría ser detectado con años de anticipación, no solo unos meses.
La misión espacial
Aunque en muchas películas se usan como sinónimos, cometas y asteroides no son lo mismo, y conocer la diferencia ayuda a entender los riesgos reales. Ambos pueden chocar contra la Tierra, pero su composición, origen y comportamiento son muy distintos:
Cometa: está formado principalmente por hielo, polvo y rocas. Proviene de las zonas más lejanas del sistema solar, como la nube de Oort o el cinturón de Kuiper. Cuando se acerca al Sol, su superficie se calienta y libera gas y partículas, lo que genera esa famosa "cola" brillante.
Asteroide: es más rocoso y metálico. La mayoría está en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, y no desarrolla cola. Son más estables y fáciles de rastrear porque sus órbitas son más conocidas y predecibles.
Cometas a camino de la Tierra
En Impacto Profundo, el objeto que amenaza a la Tierra es un cometa, lo que agrega una capa de dificultad: los cometas suelen aparecer con poco aviso, porque pueden venir desde regiones muy lejanas y no siguen trayectorias tan monitoreadas como los asteroides.
Esto significa que, si bien el impacto de un cometa es menos probable que el de un asteroide, su detección temprana es mucho más difícil. Por eso, en el contexto de la película, el pánico por lo inesperado está bastante justificado.
La respuesta corta es: sí, podría pasar, aunque las chances son muy bajas. La Tierra ha sido impactada por cometas y asteroides en el pasado, y seguirá ocurriendo en escalas muy largas de tiempo. Pero los objetos realmente peligrosos son pocos y están siendo monitoreados.
Sarah y Leo escuchan las noticias
Hoy en día, la NASA y otras agencias espaciales rastrean miles de objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés). Existen programas como NEOWISE o Sentry que calculan trayectorias con décadas de anticipación. Si uno llegara a representar una amenaza real, lo sabríamos con tiempo.
La buena noticia es que ningún objeto conocido representa peligro en los próximos 100 años. Pero la vigilancia es constante. Un cometa nuevo, proveniente de la nube de Oort, sí podría aparecer sin aviso, aunque eso sería extremadamente raro.
Depende del tamaño y del lugar del impacto. Un cometa de varios kilómetros chocando contra la Tierra liberaría una energía equivalente a millones de bombas nucleares, generando incendios, terremotos y cambios climáticos globales.
Si el impacto fuera en el mar, provocaría tsunamis gigantescos que arrasarían las costas. Si ocurre en tierra firme, el polvo levantado bloquearía la luz solar, causando un descenso de temperatura y afectando cultivos en todo el mundo.
La periodista Jenny Lerner
En escenarios extremos, podría haber una extinción masiva como la que terminó con los dinosaurios hace 66 millones de años. Pero con objetos más chicos, el daño sería local o regional. La clave está en detectarlo a tiempo y actuar antes del golpe.
Ya hubo algunos impactos de cometas en la Tierra a lo largo de la historia. El caso más conocido es el impacto de Chicxulub, en la actual península de Yucatán, hace unos 66 millones de años. Se cree que fue causado por un asteroide o cometa de unos 10 km, y provocó la extinción del 75 % de las especies, incluyendo los dinosaurios.
Otro evento impactante fue el de Tunguska (Rusia, 1908). Un objeto de unos 50 metros explotó en el aire y arrasó más de 2.000 km² de bosque. No hubo cráter, pero la devastación fue brutal, y aún hoy se estudia su origen exacto.
Efectos del impacto del cometa
Más recientemente, en Cheliábinsk (2013), un meteorito explotó en la atmósfera sobre Rusia. La onda expansiva rompió miles de ventanas y dejó a cientos de personas heridas, aunque no hubo víctimas fatales. Fue una llamada de atención global.
La buena noticia es que la ciencia ya está trabajando en defensa planetaria. La NASA y otras agencias monitorean objetos cercanos y planean misiones para desviar posibles amenazas. Hoy, el objetivo no es destruir, sino cambiar la trayectoria.
En 2022, la misión DART (Double Asteroid Redirection Test) logró desviar ligeramente un asteroide al estrellar contra él una nave no tripulada. Fue la primera prueba real de redirección de un cuerpo celeste, y marcó un antes y un después en la prevención.
Misión combatiendo el cometa
También hay telescopios dedicados exclusivamente a la detección temprana, como el NEO Surveyor, que se lanzará en los próximos años. Aunque aún queda mucho por mejorar, el planeta nunca estuvo tan preparado como ahora para anticipar lo inesperado.
Detectar un cometa o asteroide a tiempo es clave para evitar un desastre. Hoy existen programas como Sentry y NEOWISE, liderados por la NASA, que monitorean objetos cercanos a la Tierra. También se viene el NEO Surveyor, que mejorará la detección de cuerpos más chicos y veloces.
Las observaciones se hacen con telescopios ópticos e infrarrojos, que permiten calcular la órbita y el riesgo de impacto. Aunque la mayoría de los NEOs peligrosos ya están registrados, todavía hay muchos por descubrir.
Misión para destruir el cometa
La NASA, la ESA y otros organismos comparten datos en tiempo real y hacen simulacros globales de respuesta. Por ahora, no hay amenazas reales, pero el cielo sigue bajo vigilancia. La prevención es nuestra mejor defensa.
Aunque se estrenaron el mismo año (1998), Impacto Profundo y Armageddon tomaron caminos muy distintos. Ambas hablan de un cuerpo celeste que amenaza la Tierra, pero la forma de contarlo y el tono general son opuestos.
En
Armageddon, dirigida por Michael Bay, un asteroide del tamaño de Texas se dirige al planeta. La solución: enviar a un grupo de perforadores de petróleo liderado por Bruce Willis para aterrizar sobre el asteroide y detonarlo desde adentro. Explosiones, dramatismo y adrenalina.
Portada Armageddon
Impacto Profundo, en cambio, apuesta por el realismo emocional, los dilemas humanos y una respuesta basada en ciencia. Una es intensa y exagerada; la otra, introspectiva y contenida. Una te hace sudar, la otra te deja pensando. Las dos, en su estilo, reflejan el miedo a lo inevitable.
Pensar en un cometa destruyendo la Tierra puede sonar extremo, pero la ciencia ya está trabajando para entender y anticipar este tipo de amenazas. El riesgo existe, pero no hay motivos para vivir con miedo.
Lo que películas como Impacto Profundo logran es poner el tema sobre la mesa, mezclando emoción y conciencia. Nos recuerdan lo frágil que puede ser la vida… y lo valioso que es protegerla.
¿Te quedaste con ganas de ver (o rever) Impacto Profundo? Buscala en Mercado Libre Play y preparate para pensar, emocionarte y mirar el cielo con otros ojos.