Tom Cruise y sus accidentes reales en Días de Trueno
¿Tomó riesgos de verdad o fue puro efecto? Repasamos los accidentes reales, las escenas más peligrosas y qué fue auténtico en Días de Trueno
¿Tomó riesgos de verdad o fue puro efecto? Repasamos los accidentes reales, las escenas más peligrosas y qué fue auténtico en Días de Trueno
Portada Días de Trueno
Cuando se trata de acción, Tom Cruise no se queda quieto ni en el set. En
Días de Trueno(1990), mucho de lo que se ve no fue actuación ni efectos: fueron autos reales, velocidad auténtica y una entrega física que rozó el límite más de una vez.
En este artículo repasamos qué tan reales fueron los riesgos durante el rodaje, los accidentes que ocurrieron, las escenas que Cruise hizo sin dobles, cómo se filmaron las carreras y qué otras pelis siguieron su estilo temerario. Spoiler: vas a querer volver a verla.
A comienzos de los 90, Días de Trueno llevó la velocidad de NASCAR al cine con una intensidad que se sentía real. Dirigida por Tony Scott y protagonizada por Tom Cruise y Nicole Kidman, la peli mezcla romance, competencia y autos que vuelan casi tanto como los egos.
Harry Hogge y Cole Trickle
Días de Trueno sigue a Cole Trickle (Tom Cruise), un joven piloto talentoso, pero impulsivo, que busca hacerse un lugar en el mundo competitivo de NASCAR. Bajo la tutela de un veterano entrenador (Robert Duvall), aprende a controlar su temperamento mientras enfrenta rivalidades en la pista y conoce a Claire Lewicki (Nicole Kidman), una neurocirujana que lo desafía fuera de ella. Entre choques, romance y velocidad, la película mezcla adrenalina y evolución personal.
Aunque Días de Trueno no adapta una historia específica, está claramente inspirada en el mundo real de NASCAR, y varios personajes tienen paralelos con figuras de carne y hueso. El protagonista, Cole Trickle, toma rasgos de Tim Richmond, un piloto talentoso y polémico de los años 80.
El guionista Robert Towne y Tom Cruise pasaron tiempo con equipos reales de NASCAR antes de escribir el guion. Se inspiraron en la rivalidad entre pilotos, la presión comercial y la cultura interna del deporte, para crear una historia creíble y con tensión.
Tom Cruise en escena
Además, el film contó con la colaboración de pilotos reales como Greg Sacks, que trabajó como asesor y doble de conducción. Así, Días de Trueno no es un documental, pero su ADN viene directo de la pista.
Sí, Tom Cruise manejó autos de carrera reales durante la filmación. Se entrenó con pilotos profesionales de NASCAR para aprender técnicas de conducción, controlar derrapes y moverse en pista con otros vehículos a alta velocidad.
Según declaraciones de producción, Cruise llegó a correr a más de 270 km/h en circuitos como Daytona. Aunque algunas escenas más peligrosas fueron delegadas a pilotos expertos, gran parte de lo que se ve en pantalla fue grabado con él al volante.
Tom Cruise manejando
Esto no fue marketing: Cruise insistió en hacerlo él mismo. Y esa decisión marcó el estilo de su carrera desde entonces. En Días de Trueno se plantó como actor de acción comprometido con la autenticidad… incluso si eso significaba jugarse el físico.
Pero detrás de la historia de Cole Trickle, hay algo que siempre generó curiosidad: ¿cuánto del riesgo que se ve fue real? ¿Tom Cruise manejó de verdad? ¿Hubo accidentes auténticos durante el rodaje? Discutiremos todo esto a continuación.
Aunque parezca una peli de acción más, Días de Trueno se filmó con autos reales, en pistas reales y con pilotos de NASCAR como asesores. El objetivo era mostrar el mundo de las carreras con la mayor fidelidad posible, sin depender de maquetas ni efectos exagerados.
Carrera entre autos
Tom Cruise y el director Tony Scott quisieron que el público sintiera el rugido de los motores, los golpes, las frenadas. Y eso implicó asumir riesgos reales para el equipo, los vehículos y los actores. No todo fue controlado por computadora: en los 90, el peligro era parte del trabajo.
Las escenas de velocidad fueron filmadas en lugares icónicos como Daytona International Speedway y Charlotte Motor Speedway, donde los autos superaban los 250 km/h. El rodaje no se hizo en condiciones simuladas: los autos estaban en pista de verdad.
Las cámaras se montaron en lugares estratégicos —capós, laterales e interiores— para capturar la experiencia desde dentro. Muchas secuencias se grabaron en tiempo real, combinando pilotos profesionales, dobles de acción y tomas protagonizadas por el propio Tom Cruise.
Carrera de autos
De ahí que, aunque no terminó con heridas graves, el actor sí sufrió golpes, sacudones y desgaste físico real mientras filmaba Días de Trueno. Al manejar él mismo en varias escenas a alta velocidad, quedó expuesto a condiciones extremas en pista.
En las secuencias más exigentes, como el choque del auto de Cole Trickle, Cruise estuvo involucrado en las tomas cercanas al accidente, sin el uso de dobles. No fue hospitalizado, pero terminó el rodaje con moretones y el cuerpo agotado.
Tom Cruise en Días de Trueno
Lo que empezó en Días de Trueno no fue casualidad: Tom Cruise tiene una fijación real con hacer sus propias escenas de riesgo, y esa decisión marcó su carrera desde entonces. No se trata solo de demostrar destreza, sino de darle autenticidad a cada plano.
Claire Lewicki y Cole Trickle
Cruise entrena, practica y se involucra a fondo en los aspectos técnicos de cada escena peligrosa. Desde manejar autos de carrera hasta saltar desde aviones o escalar edificios, su entrega no es una estrategia de marketing, sino parte de su forma de actuar.
Para él, el público nota la diferencia. Y aunque muchas producciones usan dobles sin problema, Tom elige el camino más difícil. Días de Trueno fue una de las primeras veces donde esa filosofía se volvió evidente... y no paró más.
Cuando decimos que Tom Cruise se juega el cuerpo en cada película, no es solo una forma de decir. A lo largo de su carrera, el actor ha sufrido varios accidentes reales durante escenas que él mismo insistió en hacer. Acá te contamos algunos de los más conocidos:
Fractura de tobillo en Misión: Imposible – Repercusión (2018): Mientras saltaba entre edificios, erró el aterrizaje y se golpeó contra una pared. Siguió actuando con el tobillo roto, y esa toma quedó en la peli.
Golpes por turbulencia en La momia (2017): En la escena filmada en gravedad cero, dentro de un avión en caída libre, varios del equipo vomitaron. Cruise aguantó... pero salió muy golpeado.
Derrape no planeado en Misión imposible: Nación Secreta (2015): Durante una escena de persecución en moto, perdió el control en una curva. No se lastimó de gravedad, pero estuvo a centímetros de una caída dura.
Tom Cruise en Días de Trueno
Resbalón en la torre Burj Khalifa en Misión: Imposible – Protocolo Fantasma (2011): Mientras escalaba el edificio más alto del mundo, un error de anclaje casi le cuesta una caída. Estaba sujeto con cables, pero el susto fue real.
Golpe menor en Días de Trueno (1990): Aunque no tuvo lesiones graves, Cruise sí sufrió sacudones físicos y hematomas reales al filmar escenas en autos a más de 250 km/h.
Días de Trueno fue solo el inicio. Desde entonces, Tom Cruise se volvió sinónimo de actor que se la juega en serio, sin depender de dobles en escenas clave. Acá van algunas pelis donde llevó su obsesión al límite:
Misión: Imposible – Repercusión (2018): saltó en paracaídas desde un avión a más de 7.000 metros, él solo, con oxígeno y cámara incluida.
Top Gun: Maverick (2022): piloteó él mismo jets reales en secuencias de vuelo, tras años de entrenamiento con pilotos de combate.
El último samurái (2003): aprendió kendo, montó a caballo y coreografió todas las peleas cuerpo a cuerpo sin usar un doble de acción.
Al filo del mañana (2014): usó un traje de combate de más de 30 kg en escenas físicas intensas, sin asistencia externa.
La momia (2017): filmó en gravedad cero dentro de un avión en caída libre, junto al equipo técnico, durante varias tomas reales.
Tom Cruise no actúa la acción. La vive. Y esa entrega total, por más extrema que sea, lo convirtió en uno de los últimos actores de riesgo que quedan en Hollywood... y en leyenda.
Días de Trueno no fue solo una película de carreras, fue el punto de partida de un actor decidido a vivir cada escena en carne propia. Con autos reales, velocidad auténtica y adrenalina sin filtros, Tom Cruise empezó a construir su leyenda desde la pista.
El resultado es una película vibrante, con un romance clásico y secuencias que todavía hoy se sienten intensas. Y ahora que sabés lo que hubo detrás de cámaras, vale aún más la pena volver a verla con otros ojos.
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