Cómo configurar un monitor 240 Hz 4K para obtener la mejor calidad de imagen

Si tenés un

monitor

240 Hz 4K y querés aprovechar al máximo su rendimiento, seguí los consejos que te presentamos en esta guía paso a paso. Además, vas a encontrar solución a los problemas más comunes.

En el mundo de la tecnología, la calidad de imagen se ha convertido en un factor clave para disfrutar de una experiencia visual inigualable.

Los

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240 Hz 4K representan la cúspide de esta evolución, ofreciendo una combinación de resolución ultra alta y una frecuencia de actualización impresionante. Sin embargo, para aprovechar al máximo estas capacidades, es crucial configurarlos correctamente.

En esta guía detallada, te explicaremos cómo configurar un

monitor 240Hz

4K para obtener la mejor calidad de imagen posible.

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Configuración de un monitor 240 Hz 4K

Configurar un monitor 240 Hz 4K de manera óptima requiere paciencia y atención al detalle, pero al hacerlo correctamente, vas a lograr una calidad de imagen y un rendimiento excepcionales. A continuación, te presentamos una guía detallada paso a paso, para que puedas hacerlo sin problemas.

Ajustá la resolución y la frecuencia de actualización

Lo primero que tenés que hacer al conectar tu monitor es asegurarte de que la resolución y la frecuencia de actualización estén configuradas al máximo que admite tu pantalla.

En tu

PC

, hacé clic derecho en el escritorio y seleccioná la opción Configuración de pantalla. Allí, verificá que la resolución esté configurada en 3840x2160 píxeles (4K). Para la frecuencia, buscá la opción Configuración de pantalla avanzada, seleccioná el monitor correcto y asegurate de elegir 240 Hz en el menú de frecuencias. Esto es esencial para aprovechar la fluidez que ofrece tu monitor.

Si estás usando una consola como la PlayStation 5 o Xbox Series X, asegurate de que en la configuración de video esté activada la salida en 4K, y habilitá las opciones para alcanzar la mayor frecuencia posible. Las consolas modernas suelen tener configuraciones específicas para modos de rendimiento que maximizan la fluidez en juegos compatibles.

Activá las tecnologías de sincronización adaptativa

Para disfrutar de una experiencia fluida sin interrupciones como el "tearing" (cortes en la imagen), es fundamental que habilites las tecnologías de sincronización que ofrece tu monitor.

Si tenés una tarjeta gráfica NVIDIA, abrí el Panel de control de NVIDIA, buscá la opción de G-Sync y activala para tu pantalla. En caso de que uses una GPU AMD, asegurate de habilitar FreeSync desde el software Radeon.

Si usás una consola, verificá en las opciones de video que la frecuencia de actualización variable (VRR) esté activada, ya que estas tecnologías sincronizan los cuadros por segundo del dispositivo con la pantalla.

Configurá el HDR correctamente

Muchos monitores 4K 240 Hz incluyen soporte para HDR (High Dynamic Range), que mejora la gama de colores y el contraste. Para activarlo en Windows, andá a Configuración de pantalla y activá la opción "Usar HDR".

Desde las consolas, el HDR también puede habilitarse en las opciones de video. Sin embargo, es importante que ajustes los parámetros de brillo y contraste del HDR desde el menú del monitor para que se adapten a tu entorno.

Por ejemplo, si usás el monitor en una habitación oscura, puede ser necesario reducir el brillo máximo para evitar que las imágenes sean demasiado intensas.

Calibrá el color y el contraste

La calibración de colores es esencial para obtener imágenes precisas y vibrantes. Primero, seleccioná el modo de imagen que mejor se ajuste a tu uso. Los monitores suelen tener modos predefinidos como "Gaming", "Cinema" o "sRGB".

Para un uso general, el modo sRGB es ideal porque ofrece colores más neutros. Después, ajustá el brillo y el contraste manualmente desde el menú del monitor.

Si querés una calibración más precisa, podés usar herramientas profesionales como un colorímetro para ajustar la configuración según estándares como DCI-P3 o Rec.709.

Elegí los puertos y cables adecuados

La resolución 4K a 240 Hz requiere cables y puertos que soporten el ancho de banda necesario. Conectá tu monitor usando HDMI 2.1 o DisplayPort 1.4, ya que estos son los únicos estándares compatibles con esa combinación de resolución y frecuencia.

Es importante que uses los cables que vienen con el monitor o cables de alta velocidad certificados. Si conectás varias fuentes (como una PC y una consola), configurá las entradas desde el menú del monitor para que cada dispositivo utilice el puerto correcto.

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Optimizá la configuración de la tarjeta gráfica

Un

monitor 4K

a 240 Hz demanda mucho rendimiento de tu tarjeta gráfica. Para asegurarte de que todo funcione bien, actualizá los controladores de tu GPU desde los sitios oficiales de NVIDIA o AMD.

En juegos, ajustá las opciones gráficas para encontrar un equilibrio entre calidad visual y rendimiento. Por ejemplo, tecnologías como DLSS (de NVIDIA) o FSR (de AMD) pueden ayudarte a mantener una alta fluidez al escalar dinámicamente la resolución.

Realizá pruebas finales y ajustes

Probá tu configuración usando contenido en 4K HDR o juegos exigentes. Verificá que las imágenes sean fluidas, sin parpadeos ni cortes.

Si notás algún problema, como retrasos en la entrada o artefactos visuales, revisá el menú del monitor para activar modos específicos como "Low Latency" (baja latencia) o "Overdrive" (para mejorar el tiempo de respuesta).

Solución de problemas comunes durante la configuración de un monitor 240 Hz 4K

Configurar un monitor 4K 240 Hz puede presentar algunos problemas comunes. A continuación, te detallamos las posibles causas y soluciones para que puedas resolverlos rápidamente.

El monitor no alcanza los 240 Hz

Esto puede deberse a una configuración incorrecta o a limitaciones del cable o puerto utilizado. Verificá en la configuración de tu PC que la frecuencia de actualización esté configurada en 240 Hz.

Andá a Configuración de pantalla avanzada en Windows, seleccioná tu monitor y ajustá la frecuencia en el menú desplegable.

Además, asegurate de usar un

cable HDMI

2.1 o DisplayPort 1.4, ya que cables más antiguos no soportan esta tasa de refresco. Si seguís teniendo problemas, verificá que tu tarjeta gráfica sea compatible con 240 Hz en 4K.

El HDR no se ve correctamente

A veces, al activar el HDR, los colores pueden parecer apagados o demasiado brillantes. Esto puede suceder si el brillo máximo no está bien ajustado o si los perfiles de color no están sincronizados.

Desde el menú del monitor, calibrá el HDR ajustando el brillo, el contraste y el tono. En Windows, verificá que la opción Usar HDR esté activada en Configuración de pantalla. Si usás un cable incorrecto, como HDMI 2.0, podrías experimentar limitaciones en el HDR.

Pantalla negra al usar 4K y 240 Hz

Este problema suele ser causado por cables defectuosos o incompatibles. Usá únicamente cables certificados para HDMI 2.1 o DisplayPort 1.4. Si la pantalla sigue en negro, intentá bajar la frecuencia de actualización a 120 Hz para comprobar si el problema persiste.

También asegurate de que los controladores de tu tarjeta gráfica estén actualizados, ya que los controladores desactualizados pueden generar incompatibilidades.

Tearing o parpadeo de la imagen

El tearing ocurre cuando la frecuencia de actualización del monitor no está sincronizada con los cuadros que genera tu GPU. Para solucionarlo, activá G-Sync o FreeSync desde el software de tu tarjeta gráfica.

En monitores con soporte para estas tecnologías, también asegurate de que estén habilitadas desde el menú del monitor. Si jugás en consolas, verificá que la opción de VRR (frecuencia de actualización variable) esté activa.

Latencia o retraso en la entrada

Si notás un retraso entre tus acciones y lo que aparece en pantalla, activá el modo de baja latencia desde el menú del monitor. Este modo reduce el procesamiento de imagen, mejorando la respuesta en juegos competitivos.

También desactivá funciones como "Reducción de desenfoque de movimiento", ya que pueden generar un retraso adicional.

Colores deslavados o demasiado saturados

Este problema puede deberse a un perfil de color incorrecto. Configurá el monitor en un modo de color apropiado, como "sRGB" o "Gaming", según el uso que le des.

Si querés una precisión mayor, usá un software de calibración o herramientas profesionales como un colorímetro. También verificá en la configuración de tu GPU que no haya ajustes que sobrescriban los valores del monitor.

Juegos o videos no se ven fluidos

Si notás caídas de frames o falta de fluidez en los juegos, revisá la configuración gráfica. Ajustá la calidad visual para equilibrar rendimiento y resolución. Usá tecnologías como DLSS (NVIDIA) o FSR (AMD) para escalar dinámicamente la resolución y mantener una alta tasa de cuadros por segundo.

No se detecta la resolución 4K

Este problema puede ocurrir si el puerto HDMI o DisplayPort no está configurado correctamente. En el menú del monitor, seleccioná manualmente el puerto de entrada adecuado.

Verificá también que el dispositivo fuente (PC, consola, etc.) esté configurado para emitir en 4K. Si seguís teniendo problemas, probá con otro cable compatible.

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Conclusión

Configurar un monitor 240Hz 4K para obtener la mejor calidad de imagen es un proceso que requiere atención a los detalles, pero los resultados valen la pena. Desde la selección de los cables adecuados hasta la calibración de color, cada paso es

crucial

para maximizar la capacidad de tu monitor.

Mantener el monitor y los controladores actualizados garantizará que continúes disfrutando de una experiencia visual de alta calidad.