Guía para reparar problemas de frecuencia en monitor 27" 165 Hz

Como cualquier dispositivo tecnológico, el

monitor

27” 165 Hz puede presentar problemas, especialmente relacionados con la frecuencia de actualización. Acá te contamos todo lo que tenés que saber para resolverlos.

Los

monitores

de 27 pulgadas con una tasa de refresco de 165 Hz ofrecen una experiencia visual fluida y de alta calidad, ideal para juegos, diseño y multimedia. 

Sin embargo, cuando la configuración de frecuencia no está optimizada, pueden surgir problemas que afectan la experiencia visual.

Si querés saber cómo resolverlos, seguí leyendo que acá te ayudamos a diagnosticar y solucionar problemas de frecuencia en tu monitor para que puedas seguir disfrutando de su máximo rendimiento.

La frecuencia de actualización, medida en hercios (Hz), determina cuántas veces por segundo la pantalla puede actualizarse. 

Una tasa de refresco alta, como 165 Hz, te permite disfrutar de movimientos más suaves y una mejor experiencia visual, especialmente en juegos de ritmo rápido o contenido en movimiento. 

Tener problemas con esta frecuencia pueden causar efectos como:

Si la opción para configurar tu monitor en esta frecuencia no está disponible, es posible que esté configurado incorrectamente o el sistema no detecte esta capacidad. En ese caso, podés hacer lo siguiente:

En primer lugar, asegurate de usar un cable DisplayPort 1.4 o HDMI 2.0 (o superior). En caso de que el cable sea el correcto, revisalo para asegurarte de que no tenga daños y probá otro si es necesario.

Para asegurarte de que sean los correctos, te recomendamos que descargues los controladores más recientes desde la página oficial de NVIDIA o AMD.

En Windows,  hacé clic derecho en el escritorio, seleccioná “Configuración de pantalla”, luego “Configuración avanzada” y elegí 165 Hz.

Si tienes macOS, abrí “Preferencias del sistema”, seleccioná “Pantallas” y configurá la frecuencia adecuada.

El parpadeo de tu monitor puede deberse a problemas con la conexión o configuración del dispositivo. En este caso, te dejamos algunas recomendaciones.

Asegurate de que el cable esté firmemente conectado al monitor y a la tarjeta gráfica ya que esto puede estar provocando un corte en el flujo de energía.

Estas tecnologías de sincronización pueden causar parpadeos si no están configuradas correctamente. Desactivalas desde el panel de control de NVIDIA o AMD y volvé a configurarlas.

Cambiá el puerto de conexión en la tarjeta gráfica o el monitor, ya que quizá la entrada no está funcionando bien.

Este problema puede deberse a una configuración incorrecta en el juego o limitaciones del hardware. En ese caso, hacé lo siguiente:

Asegurate de que la resolución sea la nativa del monitor (por ejemplo, 2560x1440) y que la frecuencia de 165 Hz esté habilitada.

Monitoreá el uso de la GPU para asegurarte de que pueda alcanzar altos FPS. Si no, considerá bajar la configuración gráfica en el juego.

Esto es importante ya que algunos juegos no soportan altas tasas de refresco en modo ventana o pantalla completa sin bordes.

El parpadeo de la pantalla puede ser provocado por la desincronización entre la tasa de refresco del monitor y los FPS de la tarjeta gráfica. Esta es nuestra recomendación para que soluciones este problema.

Estas tecnologías sincronizan los FPS generados por la GPU con la tasa de refresco del monitor, eliminando el tearing.

Usá software como

MSI

Afterburner o las opciones del juego para limitar los FPS al máximo de la tasa de refresco del monitor.

Esto pasa cuando la fuente de video no soporta 165 Hz. Acá te dejamos algunas posibles soluciones a este inconveniente.

Las consolas y laptops antiguas pueden no soportar 165 Hz. En este caso, podés ajustar la frecuencia a 120 Hz o 60 Hz.

Si usás un adaptador, asegurate de que sea activo y compatible con altas tasas de refresco.

Para ayudarte a simplificar esta tarea, te dejamos una serie de herramientas que pueden resultarte de gran utilidad al momento de identificar y resolver problemas de frecuencia en tu monitor 27” 165 Hz:

Un monitor de alta frecuencia también necesita configuraciones óptimas para ofrecer el mejor rendimiento visual. Considerá lo siguiente:

Demasiado brillo puede generar fatiga visual, mientras que un contraste incorrecto afecta la calidad de los colores. Usá patrones de calibración para ajustarlos correctamente.

Mmuchos monitores cuentan con configuraciones predefinidas para juegos, películas o lectura. Seleccioná el que mejor se adapte a tus necesidades.

Una temperatura de color más cálida (6500K) es ideal para largas sesiones frente a la pantalla.

Para evitar futuros problemas de frecuencia, podés seguir estas recomendaciones:

Para evitar futuros problemas de frecuencia, implementá un mantenimiento regular del monitor y sus accesorios:

Si bien solucionar problemas de frecuencia en un monitor de 27" 165 Hz puede parecer complicado al principio, las recomendaciones que te ofrecimos pueden resultarte de gran ayuda para disfrutar de una experiencia visual óptima. 

Recordá siempre que la clave es asegurarte de que tanto el hardware como el software estén configurados correctamente. También es importante que mantengas tus controladores actualizados y que verifiques regularmente las conexiones para prevenir problemas futuros. 

Si tomás estas precauciones, vas a poder disfrutar de la fluidez y calidad que un monitor de 165 Hz puede ofrecerte.

Esto puede deberse a configuraciones predeterminadas, cables no compatibles o puertos incorrectos. Asegurate de usar un cable DisplayPort 1.4 y ajustar la configuración desde el sistema operativo y el menú OSD del monitor.

Aunque HDMI 2.0 soporta 165 Hz, DisplayPort 1.4 es más confiable y ofrece mayor compatibilidad con tasas de refresco altas.

No, pero una configuración incorrecta puede afectar la calidad de imagen y la experiencia de uso.

Podés verificarlo desde la configuración de pantalla en el sistema operativo. En Windows, andá a “Configuración avanzada de pantalla” y buscá la frecuencia de actualización activa. Además, herramientas como TestUFO pueden ayudarte a confirmar la tasa de refresco.

Primero, asegurate de que el cable sea compatible y esté correctamente conectado. Luego, desactivá G-Sync o FreeSync desde el panel de control de tu tarjeta gráfica y probá con otro puerto o cable para descartar problemas de hardware.