Cuánto cuesta escriturar una casa en Argentina: guía completa para 2024
La escrituración formaliza la transferencia de propiedad, garantizando legalidad y seguridad en la compra.
La escrituración formaliza la transferencia de propiedad, garantizando legalidad y seguridad en la compra.
La escrituración es un paso fundamental en el proceso de compra-venta de propiedades, a través del cual no solo se oficializa la transferencia de propiedad, sino que también se obtiene seguridad jurídica. Sin embargo, los costos asociados a éste trámite suelen generar dudas.
Pero no te preocupes, en este artículo, te contamos todo sobre cuánto cuesta escriturar una casa en Argentina en 2024, los conceptos involucrados, quiénes deben asumir los gastos y algunos consejos para facilitar el proceso.
La escrituración es el acto legal que formaliza la transferencia de un inmueble ante un escribano público. A través de este documento, conocido como escritura, el escribano público deja constancia de la propiedad del comprador y de que el vendedor recibió el pago acordado.
El título de escritura en la compra venta de propiedades es importante para obtener:
Seguridad jurídica: ya que protege al comprador frente a posibles reclamos futuros sobre la propiedad.
Cumplimiento legal: ya que valida y formaliza la transferencia de la propiedad ante el Estado.
Actualización catastral: ya que el nuevo propietario queda registrado en el organismo correspondiente, como ARBA en la Provincia de Buenos Aires o su equivalente en otras regiones.
Para calcular los costos de escrituración de una casa en Argentina hay que tener en cuenta varios elementos que dependen del valor del inmueble, la ubicación y otros factores específicos.
El escribano es el profesional encargado de llevar a cabo la escrituración y de garantizar la legalidad del proceso. Sus honorarios se calculan sobre el valor de la propiedad. Por lo general, suelen rondar entre el 2% y el 4% del valor fiscal del inmueble, dependiendo de la provincia o la complejidad de la operación. En el caso de propiedades más caras, algunos escribanos suelen reducir sus honorarios, aunque esto es cuestión de sentarse a negociar.
Los impuestos que se deben pagar por la escrituración son:
Impuesto de sellos: este impuesto varía entre el 1,5% y el 4% del valor de la escritura según la jurisdicción donde esté ubicado el inmueble. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), por ejemplo, suele ser del 3,6% del valor escriturado.
Impuesto a la Transferencia de Inmuebles (ITI): este le corresponde solo a los vendedores y es del 1,5% del valor de la venta, salvo que se trate de la única propiedad del vendedor.
Impuesto Inmobiliario: este impuesto se calcula en base a la valuación fiscal del inmueble. Existen dos modalidades: el impuesto inmobiliario básico (sobre propiedades individuales) y el impuesto inmobiliario complementario (para propietarios con múltiples inmuebles),
Otros gastos fiscales: como certificados catastrales, inscripción en el Registro de la Propiedad Inmueble, etc.
Además de los impuestos y tasas, existen otros gastos administrativos asociados a la escrituración, los cuales, en total, pueden sumar entre $40.000 y $120.000, dependiendo de la ubicación del inmueble.
Certificados de deuda: incluyendo la verificación de impuestos municipales, de servicios y ARBA.
Valoración fiscal: esta es la base imponible para calcular los costos relacionados a la escrituración. Se consulta directamente en ARBA u organismo equivalente con el número de partida del inmueble.
La división de costos entre comprador y vendedor puede variar según cada caso en particular, pero por lo general es de la siguiente manera:
El comprador paga los honorarios del escribano, los gastos de inscripción en el Registro y el impuesto de sellos (en su totalidad o compartido, según el acuerdo).
El vendedor se encarga del Impuesto a la Transferencia de Inmuebles (aplicable si no se reinvierte en una nueva vivienda), las deudas previas del inmueble (si las hubiera) y los gastos de obtención de certificados necesarios para la operación.
Para que el proceso de escrituración sea eficiente, es importante seguir estos pasos:
Tanto el comprador como el vendedor deben tener a mano una serie de documentos, incluyendo:
Para el vendedor: la escritura original del inmueble, DNI, y certificados de libre deuda (ARBA, expensas, servicios, etc.).
Para el comprador: DNI y constancia de CUIL.
Tanto para la inscripción del inmueble en el Registro como para calcular los impuestos, es necesario contar con los datos correctos de la escritura anterior. Con el número de partida de la propiedad se puede acceder a información clave sobre su valuación y situación fiscal.
El escribano elegido, generalmente por el comprador, actúa como intermediario neutral. Su trabajo consiste en verificar que el inmueble esté libre de deudas, coordinar la liquidación de impuestos y registrar la escritura.
La firma de la escritura se lleva a cabo en la escribanía, donde ambas partes acuerdan los términos finales y, por lo general, el comprador paga el saldo restante del precio del inmueble, salvo que se haya acordado otra cosa.
El escribano inscribe la escritura en el Registro de la Propiedad Inmueble, lo que asegura que el nuevo propietario sea reconocido legalmente.
Además de los costos mencionados, es importante considerar otros factores que pueden influir directamente en el precio final del trámite, dependiendo de la particularidad de cada operación y del inmueble en cuestión.
Valoración fiscal versus valor de mercado: algunos costos, como los impuestos, se calculan sobre la base de la valuación fiscal, que suele ser inferior al valor de mercado.
Ubicación geográfica: las tasas y honorarios pueden variar entre provincias.
Exenciones fiscales: si el vendedor está exento del ITI por ser la propiedad en cuestión su única vivienda, los costos totales serán menores.
Si bien la escrituración puede parecer un proceso costoso, existen estrategias que pueden ayudar a reducir gastos y optimizar tu presupuesto. Estas son:
Consultar a varios escribanos: para comparar presupuestos y elegir la opción más económica.
Pagar por adelantado: algunas jurisdicciones ofrecen descuentos por pagos anticipados.
Negociar con el vendedor: para compartir algunos costos, como el Impuesto de Sellos o los honorarios del escribano.
Escriturar una casa en Argentina es un proceso complejo que implica muchos gastos y trámites. Estar informado sobre los costos asociados y las responsabilidades de cada parte es clave para evitar sorpresas y garantizar una compra-venta exitosa.
A continuación, respondemos las preguntas más comunes relacionadas con el proceso de escrituración.
Sí, en Argentina es obligatorio que el proceso de escrituración se lleve a cabo ante un escribano público, para garantizar la legalidad del acto y que ambas partes cumplan con sus obligaciones fiscales y legales.
La falta de escrituración implica que el comprador no tiene un título legal que lo acredite como propietario. Esto puede traer aparejado múltiples problemas, como la imposibilidad de vender o hipotecar la propiedad, dificultades para reclamar derechos sobre el inmueble en casos de conflicto, etc.
Por lo general, la elección del escribano pasa por el comprador, ya que es quien asume los honorarios correspondientes. Sin embargo, ambas partes pueden acordar otro escribano si prefieren trabajar con alguien de confianza mutua.
Los costos para regularizar un inmueble sin escritura pueden variar significativamente. Además de los costos mencionados anteriormente, se suman las multas o intereses por falta de regularización a tiempo,
Sí, si el inmueble forma parte de un fideicomiso o de un desarrollo en construcción, se puede realizar una "cesión de boleto de compraventa" o escriturar la unidad como "obra en construcción". En estos casos, los impuestos y tasas se calculan sobre el avance de la obra o el valor fiscal actual.
El valor fiscal es el monto establecido por la autoridad tributaria (como ARBA) para calcular impuestos, y suele ser inferior al valor de mercado. Este es el último precio real al que se transfiere la propiedad en el mercado inmobiliario. Los impuestos y tasas, se suelen calcular sobre el valor fiscal, lo que puede significar un ahorro en comparación con el precio de venta.